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Política

Protegidos y asustados

El control del Congreso desde la Comisión de Ética.

Editorial
Editorial

De acuerdo a los datos obtenidos por este diario, gran parte del control que ejerce la cúpula de Fuerza Popular en el Congreso y de su propia bancada, se debe al uso abusivo, y finalmente ilegal, de la Comisión de Ética, convertida desde el año 2016 en un espacio de trámite oscuro y de impunidad, de premiación a la fidelidad de los legisladores, aun estos hayan cometido infracciones, y de amenaza de castigo contra miembros de la misma bancada.

Según ha documentado este diario, del total de 96 denuncias archivadas por infundadas o improcedentes por esta comisión entre julio de 2016 y julio de 2019, casi el 80% ocurrieron durante las gestiones de los fujimoristas Segundo Tapia y Juan Gonzales. Este favorecimiento se amplía, como no, a los miembros de las bancadas aliadas, especialmente al Apra y a los legisladores profujimoristas y los denominados “topos”.

El mecanismo opera no solo como favorecimiento sino como amenaza. Varios legisladores con los que este diario ha conversado, han compartido su sigiloso temor respecto a frases de advertencia sobre el uso de esta comisión para impedir el voto singular en determinados proyectos, el respaldo a iniciativas que consideran nocivas o el silencio frente al manejo de la bancada fujimorista.

Varias de estas exculpaciones fueron en casos flagrantes, como sucedió con los congresistas denunciados por interferir en el allanamiento de la Fiscalía a los locales de Fuerza Popular, expediente archivado sin ninguna investigación de por medio, no obstante, la gravedad de la actuación de los mencionados legisladores.

La impunidad en este grupo de trabajo es rampante y reiterada tanto por la cantidad de casos como por la gravedad de los mismos y la identidad de los infractores favorecidos.

Entre ellos se cuentan Héctor Becerril (4 por improcedencia y uno de plano, sin investigar), Yeni Vilcatoma (2 por improcedencia y 3 de plano, sin investigar) y Betty Ananculí (4 por improcedencia y 1 de plano, sin investigar), hasta en 5 ocasiones cada uno. El profujimorista Jorge Castro fue favorecido hasta en 6 oportunidades (2 por improcedencia y 4 de plano, sin investigar) y su colega Elard Melgar, en 4 casos.

Este uso prepotente puede agravarse si Fuerza Popular se hace del control de la Mesa Directiva en unos días, cerrando el poder que actualmente ostenta en un control absoluto, evidenciando, al mismo tiempo, que es razonable proponer que, en estas condiciones, no puede depender de esta bancada el trámite de los pedidos de levantamiento de la inmunidad.