Incendio de código 2 se registra en galería cerca a Gamarra

Perú, de mal en peor en seguridad alimentaria

BM confirma evaluación de la FAO y señala que más del 50% de los peruanos padece esta falta de alimentación adecuada.

No hay país de América del Sur al que le vaya tan mal en seguridad alimentaria que al Perú. Terrible paradoja para una nación que, gracias a su extraordinaria diversidad, ha entregado al mundo sus productos originarios, algunos de ellos, incluso, han servido a la humanidad para librarse de la hambruna.

¿Qué ha sucedido para llegar a este grave extremo? El más reciente informe del Banco Mundial sobre esta materia confirma la cifra dramática dada hace unos meses por FAO del 51% de los peruanos afectados por la inseguridad alimentaria, lo que permitía calcular a unos 17,5 millones de personas que eran víctimas de esta situación  y, adicionalmente, destaca el elevado costo que representa alimentarse sanamente en el Perú de nuestros días. Es decir, los precios de los alimentos son inalcanzables para una gran mayoría de compatriotas.

¿Qué mide ese indicador de la inseguridad alimentaria? Mide la falta de acceso a los alimentos suficientes, seguros y nutritivos para el crecimiento, desarrollo y mantenimiento de una vida activa y saludable. Por lo tanto, no solo se trata de eliminar una o dos comidas al día por falta de dinero, que es un problema que trae la pobreza y en especial la extrema, que también ha aumentado en el Gobierno de Dina Boluarte, sino a que se ha empobrecido la mesa familiar, al sustituir alimentos nutritivos por otros más baratos y de menor ingesta calórica. Una verdadera tragedia para los niños a quienes se les está negando el derecho a la salud, al desarrollo, etc.

La displicente actitud del ministro de Agricultura, Ángel Manero, quien quiso minimizar el informe de FAO haciendo comentarios ofensivos e ignorantes sobre el flagelo del hambre y sus implicancias, nuevamente, ha sido desacreditado por la realidad que muestra el reciente informe del Banco Mundial. Esperemos que en esta ocasión no pretenda volver a mofarse del hambre ajena. Sobre todo ahora que se dispone a viajar a Roma a un encuentro organizado por la FAO. Sería interesante conocer como sustenta sus opiniones, esta vez sin la protección presidencial y ante un auditorio de especialistas.