Lo ocurrido con la parlamentaria de Avanza País es un típico caso que no se reflexiona por principios sino por simpatías binarias. Si es de mi agrado, apelo a su condición de género, (que no tiene nada que ver acá), para defenderla y repruebo que la boten del local, que la insulten. Si es Rosa María Palacios, en cambio, lo que hace La Resistencia se trata de una acción patriótica. En lo personal, la frontera entre lo que se puede y no se puede hacer cuando se tiene al frente a un político en funciones, que le debe explicaciones, por la naturaleza de su cargo, a la ciudadanía, pasa por la violencia física. Arrojar un vaso o cualquier otra cosa, debe ser penado. Es inaceptable, punto. También, por el tipo de insulto. Los epítetos deben referirse a su labor, no a su familia ni su aspecto físico. De otro lado, no es lo mismo un grupo claramente organizado con el fin de acosar sistemáticamente a los funcionarios públicos o periodistas (que no son funcionarios públicos), como La Resistencia, que una manifestación espontánea como producto de una presencia indeseada de alguien que recibe un sueldo del presupuesto público dentro de una democracia representativa. Patricia Chirinos no es acosada sistemáticamente, pero, no podemos aceptar ni normalizar que le arrojen un vaso, ni uno como a Tubino, ni una patada a Alva Castro, como tampoco el acoso sistemático, de un colectivo a periodistas( lo he sufrido) y funcionarios públicos.
La OEA, el departamento de Estado de EEUU, la ONU, la Unión Europea, entre otros, reconocieron el triunfo de Pedro Castillo en las elecciones del 2021. Los observadores internacionales concluyeron que no había indicios de fraude en el Perú. No obstante, un sector de la política peruana, encabezado por el Fujimorismo, adujo fraude y no consideraba zanjado el asunto a pesar de los pronunciamientos internacionales y hasta hoy, casi por una cuestión de fe, afirma que hubo fraude. En nuestros días, ese mismo sector, ante la crisis de Venezuela, apela a pronunciamientos internacionales de las mismas instituciones de las cuales en su momento desdeñaba, incluyendo el centro Carter, para respaldar la tesis del fraude de maduro en Venezuela.
Muchos de los que ahora celebran el ofrecimiento de asilo político por parte del gobierno de Costa Rica a Maria Corina Machado y a Edmundo Gonzales y considerarían una acción tiránica que Maduro, en el hipotético caso de que las personas mencionadas acepten el asilo, asalte la embajada de Costa Rica y los metas presos, no pensaron lo mismo en otro caso. Cuando, en abril de este año, el gobierno ecuatoriano asaltó la embajada de México para capturar al ex vicepresidente Jorge Glas, lo consideraron una temeridad aceptable, cuando en realidad se trató de una clara violación de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas y la Convención a Asilo Diplomático de 1954. El derecho internacional es para todos.
En medio de su tiranía, de sus pataletas con Elon Musk o con WhatsApp, en medio de sus crímenes, al sucesor de Chávez no se la ha ocurrido mejor idea que, para atacar a Gabriel Boric, el presidente de chile que no le sigue su juego fraudista, apelar a lo mismo a lo que acá la derecha extrema apela, pero, exactamente al revés. ¿Cuántas veces hemos escuchado la necedad de afirmar que el gobierno cuban agentes de inteligencia al Perú para adiestrar a las marchas de protesta? ¿Se acuerdan? Bueno, Maduro acaba de hacer lo mismo, al revés, Maduro terruquea:
Según el gobernante venezolano, grupos se adiestran -patrocinados por "los fascistas de Chile"- para cometer "acciones terroristas" contra el chavismo.
Maduro, en declaraciones alucinantes, denunció el domingo que el Gobierno de Gabriel Boric avala "centros de entrenamiento pinochetistas" para entrenar venezolanos en Chile y que luego regresen a su país para cometer acciones "terroristas".
En un discurso por el aniversario de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), el mandatario venezolano afirmó que las pruebas de esto las encontró en redes sociales.
"En Chile, es público y notorio, compañeros militares, en las redes sociales o habrán borrado los videos (de) los centros de entrenamiento que lospinochetistas, los fascistas de Chile, con el aval de Boric, tiene para venezolanos, para entrenarlos para buena parte de estas acciones terroristas.
Sí, tal vez es la candidata Verónika Mendoza la medida más reciente y contundente de los dobles raseros de la política nacional. Ella es conocida por despotricar contra la dictadura Fujimorista, pero también por ser muy suave con la dictadura de Maduro, que es mucho más grave y más tirana y ya lleva casi 30 muertos desde que su autoproclamara ganador de las elecciones. La postura que representa es aquella que reclama y se indigna, con razón, por alcanzar justicia a los fallecidos durante las protestas contra Boluarte, pero, no, al menos con la misma energía, para los fallecidos en los últimos días bajo la tiranía de Maduro. Estamos ante un caso de “doble rasero” de manual, para clases universitarias.
Un ejemplo: Cuando se produjeron las lamentables muertes, por parte de las fuerzas del orden, durante las protestas contra Dina Boluarte, la congresista de Perú Libre, Margot Palacios, denunció a la presidente y al entonces premier Alberto Otárola por genocidio ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Sin embargo, cuando se trata del gobierno de Maduro apela a la libre determinación de los pueblos
Cuando es el gobierno de Maduro, congresistas como Cueto o Montoya, apelan a los organismos internacionales, a la propia OEA, creen en los árbitros, pero, cuando se trata de su propio país, si los árbitros no dicen lo que ellos quieren escuchar, son “rojos”, “caviares” y hay que cambiarlos porque no gozan de confianza. Del mismo modo, hablan de la dictadura de Maduro, de sus crímenes recientes durante las protestas, pero archivan una investigación por los 50 muertos durante las protestas contra Boluarte.
René Gastelumendi. Autor de contenidos y de las últimas noticias del diario La República. Experiencia como redactor en varias temáticas y secciones sobre noticias de hoy en Perú y el mundo.