Los votantes idiotas, por Mirko Lauer

"Lo que modera la idiotez de los electorados, o aumenta su inteligencia, es un sistema efectivo de partidos políticos".

Lo que experimentamos con Pedro Castillo y lo que estamos viendo en este Congreso dan un cierto peso al argumento de que somos un electorado mayoritariamente formado por idiotas. La idea es compleja. Se vota sin saber casi nada sobre el candidato, se vota contra los propios intereses, se vota y luego se rechazan los resultados de ese voto.

 ¿Los congresistas que están haciendo cera y pabilo de la estructura institucional del país van a poder seguir en la política? En lo formal, por lo pronto se han abierto una puerta hacia la reelección mediante la instalación de una Cámara de Senadores. Esto supone que los desacreditados diputados de hoy serán reelegibles como senadores mañana.

¿Es posible? Claro que sí. Parte de la idiotez que hemos mencionado es un alzhéimer político que consiste en olvidar la mala trayectoria de una persona en el poder. Todavía tiene tiempo el Congreso actual para hacerse reelegibles como diputados mediante un súbito manazo como el que acaba de liquidar a los movimientos regionales.

Así, los votantes podremos pasar otros cinco años lloriqueando que debemos salir a las calles para cancelar las pésimas consecuencias de nuestra anterior votación. Con las justas salimos a opinar en las encuestas. Mientras tanto, como electorado no damos la menor impresión de haber aprendido las lecciones de estos tiempos.

Lo que modera la idiotez de los electorados, o aumenta su inteligencia, es un sistema efectivo de partidos políticos. Allí es donde se acuña un voto guiado por intereses, y no por sentimientos del momento; donde se recoge y difunde algo de información suficiente sobre candidaturas negativas, peligrosas o inútiles.

Hoy se piensa que un ridículo 6% de aprobación en las encuestas es castigo suficiente para el contingente pícaro del Congreso. Pero eso no parece quitarles el sueño a los congresistas, convencidos de que su transición al terno oscuro (o hacia su versión femenina) lava toda indignidad, y los hace renacer con cada puesta.

Pero castigar a los malos no reeligiéndolos no es solución suficiente para los problemas políticos del Perú. La real solución estaría en lograr elegir a los buenos. Para eso es preciso poder identificarlos. Para lo cual hay que aprobar las pruebas PISA de la política, y eso se aprende en un partido político o en sus inmediaciones más estables.

Mirko Lauer

Observador

Un poemario cada tantos años. Falso politólogo. Periodismo todos los días. Natación, casi a diario. Doctor por la UNMSM. Caballero de la Orden de las Artes y las Letras, Francia. Beca Guggenheim. Muy poco twitter. Cero Facebook. Poemario más reciente, Las arqueólogas (Lima, AUB, 2021). Próximo poemario, Un chifa de Lambayeque. Acaba de reeditar la novela policial Pólvora para gallinazos (Lima, Vulgata, 2023).