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Rojo profundo presupuestívoro, por Mirko Lauer

"Los gastos y las demoras, en lo esencial la misma cosa, de modernizar la refinería de Talara han colocado a Petroperú en rojo profundo, y por tanto en la cola de los pedidos de auxilio a la caja fiscal".

Petroperú es un debate desde que el gobierno militar estableció la idea de las empresas estratégicas del país. Algunas de las así definidas se pasaron un decenio como empresas públicas, a la vez operativas e insatisfactorias. Cuando llegaron las privatizaciones en los años 90 solo dos grandes empresas se mantuvieron públicas: Sedapal y Petroperú.

Con el paso de los años se ha ido viendo que una petrolera estatal no es un buen negocio en el Perú, a pesar de que ella formalmente se maneja por el régimen privado. El petróleo peruano es de pobre calidad y extraerlo es costoso, por lo cual no se ha atraído a muchas empresas privadas, que sin embargo son un sector del negocio.

Los gastos y las demoras, en lo esencial la misma cosa, de modernizar la refinería de Talara han colocado a Petroperú en rojo profundo, y por tanto en la cola de los pedidos de auxilio a la caja fiscal. Lo cual ha dividido las opiniones en estatistas y privatistas, los dos sectores igualmente esperanzados a corto plazo.

Los primeros sostienen que apenas Talara se eche a andar como debe, el pasivo irá desapareciendo, hasta volverla una empresa solvente. Los segundos afirman que el problema no es Talara misma, sino la burocracia, que en otros tiempos se llamaba presupuestívora. Mientras tanto Estado acreedor y auditores externos están en serias dudas.

No todos los auditores dudan. Fitch Ratings acaba de bajar la calificación de riesgo para Petroperú, lo cual le dificulta a la empresa conseguir ayuda financiera en cualquier parte. Pero para el gobierno cerrarle ese caño a su principal empresa sería una medida de más impacto político que el que quisieran.

Lo que se está explorando ahora, pareciera, es una fórmula que incorpore intereses privados a la gestión de Petroperú, pero conservando la hegemonía estatal. No es algo fácil de lograr, pues la estatalidad de la petrolera es vista, con mucha razón, como la madre del cordero. ¿Cuánta burocracia aguantaría el nuevo esquema?

Los estatistas están esperando un nuevo desembolso gigante del MEF, a pesar de que los anteriores no han servido para nada. Los privatistas esperan que se monte cuanto antes la mesa de una subasta, aunque nadie está pensando en que la quebrada Petroperú obtenga un buen precio, o siquiera uno razonable.

Mirko Lauer

Observador

Un poemario cada tantos años. Falso politólogo. Periodismo todos los días. Natación, casi a diario. Doctor por la UNMSM. Caballero de la Orden de las Artes y las Letras, Francia. Beca Guggenheim. Muy poco twitter. Cero Facebook. Poemario más reciente, Las arqueólogas (Lima, AUB, 2021). Próximo poemario, Un chifa de Lambayeque. Acaba de reeditar la novela policial Pólvora para gallinazos (Lima, Vulgata, 2023).

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