¿Cuándo se podrá retirar la CTS?

Mamarracho democrático peruano, por Augusto Álvarez Rodrich

Evaluación de la democracia es por el presente y por el futuro.

La desilusión de los peruanos por el funcionamiento de la democracia en el país sigue creciendo, estando desde hace tiempo en el último puesto de la tabla latinoamericana, algo en lo que tendría que ver tanto lo que la gente siente sobre la situación actual, como sobre lo que se viene, y en lo que influiría tanto el gobierno como la oposición.

La encuesta IEP publicada ayer en este diario constata ese elevado y creciente descontento con el funcionamiento de la democracia en el país. En diciembre 2023, 87% se siente insatisfecho, el estudio determinó dos grados: 58% insatisfecho y 29% muy insatisfecho con su desempeño, un alza de cinco puntos porcentuales frente a diciembre 2022.

Una encuesta previa de Ipsos (Latinobarómetro) ofrece una visión comparada que ubica al Perú con el peor resultado en toda la región, con solo 8% de muy satisfechos/nada satisfechos con el funcionamiento de la democracia, frente a un promedio regional de 28%, más de tres veces mayor.

El país con mayor satisfacción con su democracia es El Salvador de Nayib Bukele (64%), seguido de una democracia mucho más plena como Uruguay (59%), lo cual lleva a concluir que la evaluación ciudadana prioriza la solución de problemas cotidianos de la gente —como la seguridad— antes que valores propiamente democráticos.

Son dos ejemplos en los que se evalúa bien lo que hoy se tiene, pero un factor que también puede explicar la evaluación del funcionamiento de la democracia es, más allá del apremio del momento, la esperanza en el futuro.

Ese podría ser el caso de Argentina, donde, pese a la terrible situación —pobreza: 44% de la población; inflación anual: 180%; bancarrota estatal—, aparece en el cuarto puesto con 37% en una encuesta hecha antes de que Javier Milei ganara la presidencia, lo cual puede haber crecido según se puede especular por el entusiasmo delirante actual tan propio de los argentinos, quienes suelen vivir de ilusiones salvadoras que rápido se desmoronan.

Lo relevante acá es que la ilusión de que el futuro puede ser mejor ayudaría a tener una mejor percepción del desempeño de la democracia, como en Argentina, a diferencia del Perú, donde se percibe a un gobierno mediocre y una oposición que, de izquierda a derecha, es un gran mamarracho.

Augusto Álvarez Rodrich.

Claro y directo

Economista de la U. del Pacífico –profesor desde 1986– y Máster de la Escuela de Gobierno John F. Kennedy, Harvard. En el oficio de periodista desde hace más de cuatro décadas, con varios despidos en la mochila tras dirigir y conducir programas en diarios, tv y radio. Dirige RTV, preside Ipys, le gusta el teatro, ante todo, hincha de Alianza Lima.