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Cómo lo hacen

“Negar, negar y negar. Negar que lo evidente sea una prueba. Todo testimonio es simplemente una opinión personal, aun si se demuestra su veracidad. Todo castillista pescado con las manos en la masa es víctima de complot”.

Podría decirse que los destapes sobre corrupción en el entorno de Pedro Castillo se están difundiendo como un reguero de pólvora. La estructura de semejante situación es compleja, pero tiene unos pocos rasgos que ayudan a comprender mejor las cosas. Quizás lo más importante es que no parece haber solución rápida al problema.

Los destapes sobre corrupción aparecen como hechos espectaculares, incluso decisivos, pero pronto entran en alguno de los formatos políticamente neutralizadores. Los descubrimientos sobre hampones en cargos públicos tienen una corta vida política, y es infrecuente que los casos lleguen a alguna conclusión.

Fórmula 1. Las más altas instancias del gobierno no dan explicaciones y solo se comunican con la justicia y el público a través de abogados. Esto tiene que ver con la confluencia de una viveza básica con una formación intelectual insegura. Así, además, el investigado se va borrando ante la mirada pública.

Fórmula 2. A quienes logran fugar o aceptan la invitación a desaparecer, se les ayuda a mantenerse ocultos. Pero en ese momento la cúpula del gobierno se desentiende del asunto. Da la impresión de que la ayuda al prófugo es mediante un proceso de negociaciones con la justicia, donde el paso del tiempo es uno de los dos elementos claves.

Fórmula 3. Los actores con demasiados flancos débiles frente a la actuación de la fiscalía son retirados de escena. Una norma no escrita es que si el amigote pierde el puesto, el interés de los medios por su destino se reduce considerablemente. ¿Quién puede mantener el interés o la indignación frente a casi 90 ministros?

Fórmula 4. Hay un discurso oficialista que va logrando mantener los problemas de corrupción en la presidencia y su entorno familiar apartados de todos los demás casos. La esencia del discurso es la politización de todo el asunto (la prensa, el golpe a la democracia), algo que no se da para los infractores del “pueblo”.

Fórmula 5. Negar, negar y negar. Negar que lo evidente sea una prueba. Todo testimonio es simplemente una opinión personal, aun si se demuestra su veracidad. Todo castillista pescado con las manos en la masa es víctima de complot. Finalmente, los casos de corrupción detectados ya empiezan a ser demasiados como para que a alguien le pase algo serio.

La República

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