¿El 30 de abril es feriado o día no laborable en Perú?

Peor que mal perdedor: un mal ganador

A López Aliaga le sobran ideas, pero le falta ecuanimidad.

No tengo duda de la buena intención de Rafael López Aliaga de ser un gran alcalde, pero su desempeño en las primeras 48 horas como virtual alcalde deja duda de que lo pueda lograr, y no porque le falten ideas y entusiasmo –que se ve que le sobran–, sino por falta de ecuanimidad.

Peor que mal perdedor –como Keiko Fujimori, quien le prestó votos para su ajustadísmo triunfo–, es ser mal ganador, que es lo que RLA está siendo desde que se enteró de que ganó y no puede controlar sus emociones, sin darse cuenta de que ya no es candidato y de que, en poco tiempo, será autoridad.

Eso requiere ser convocador y no polarizador, incluyente y no excluyente, y entender que gobernará la ciudad de los que votaron por él y los que no: derechistas e izquierdistas; religiosos y no creyentes; blancos y cholos; cucufatos y LGTBI; DBA y caviares. ¿O en vez de alcalde quiere ser alcaide de Lima?

En sus 48 horas de alcalde electo aún no es claro si RLA quiere agradar a quienes votaron por el gerente experimentado que es y de lo que se vanagloria, o por el troglodita boca floja y picapleitos que se esfuerza en proyectar.

Y preocupa, también, a quienes no votamos por él, pero vivimos en Lima, la queremos, y en verdad quisiéramos que su gestión haga de ella un lugar menos asfixiante y caótico, agresivo con sus vecinos, y en donde la autoridad no suele pensar en darle mejor calidad de vida al ciudadano, sino al alcalde.

Su tarea no es fácil pues tiene poco respaldo –con 26%, el triunfo más escuálido de un alcalde de Lima–; los problemas son graves; y ha hecho promesas que parecen sobregiradas. ‘Hambre cero’ parece más tarea del gobierno central, y un hombre de negocios como él debería saber que no se puede anular unilateralmente contratos de concesión porque le da la gana al estado (que él en breve representará en Lima).

Peor aún, si lo quiere hacer sin relación con el gobierno. En el peor de los casos, su plan sería imposible; en el mejor, duplicará esfuerzos, dilapidando recursos. Luis Bedoya le prendió un cigarro a Juan Velasco y eso no lo desmereció. Ya hasta el presidente Pedro Castillo parece, con su convocatoria a coordinar, más sensato que RLA, lo que debiera preocuparle al virtual alcalde de nuestra hoy muy horrible Lima.

La República

Los artículos firmados por La República son redactados por nuestro equipo de periodistas. Estas publicaciones son revisadas por nuestros editores para asegurar que cada contenido cumpla con nuestra línea editorial y sea relevante para nuestras audiencias.