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La desigualdad también es ideológica

“La mayor desigualdad de riqueza la tiene, ¿quién sino?, pues América Latina, donde el Top 10% tiene el 77% de la riqueza acumulada...”.

Una cosa es el ingreso que tienes. Otra cosa es la riqueza que tienes. La primera se refiere a lo que ganas mes a mes. La otra tiene que ver con lo que has acumulado a lo largo de años con tus ingresos e incluye también, por ejemplo, los bienes heredados.

La medida de ingresos y riqueza más importante del mundo la hace el Laboratorio de la Desigualdad Mundial (en inglés, WIL), que acaba de lanzar su Informe Mundial de la Desigualdad 2022(1). Es coordinado por Thomas Piketty, Emmanuel Saez, Lucas Chancel y Gabriel Zucman.

Dice el IMD 2022 que en todas las regiones del mundo (a excepción de Europa), la participación del 50% de la población de menores ingresos es inferior al 15% del total (y es menor al 10% en América Latina, África subsahariana y el Medio Oriente). La cosa cambia para el 10% de mayores ingresos: en casi todos los casos tienen el 40% de los ingresos y, en algunas regiones, cerca del 60% (lo que incluye a América Latina).

Eso es “lo que ganas”. Lo más impresionante es lo que pasa con “la riqueza que tienes”. Aquí las desigualdades son mayores: el 50% de la población solo posee el 2% de la riqueza mundial, mientras que el 10% más rico posee el 76% de la riqueza acumulada.

La mayor desigualdad de riqueza la tiene, ¿quién sino?, pues América Latina, donde el Top 10% tiene el 77% de la riqueza acumulada, el 40% del medio tiene el 22% y el 50% más pobre tiene el 1% (ver gráfico). Sí, uno por ciento. Y Perú está entre los que tiene las mayores brechas de desigualdad. En las demás regiones también hay desigualdad. Pero seguimos con el triste privilegio de ser la región más desigual del mundo. Agrego: esto “no se ve” cuando se usan promedios, como el PBI per cápita.

La desigualdad no cae como maná del cielo. Dice Piketty que hay un aspecto de la desigualdad que es económica o tecnológica, como el mercado y la competencia, la ganancia y el salario, los trabajadores formales y los informales, los paraísos fiscales y la competitividad. No cae como maná. Son construcciones sociales e históricas que dependen del sistema legal, fiscal, educativo y político que escogemos implementar (o que escogen algunos) en nuestras sociedades (Piketty, Capital e ideología, Planeta, 2019).

Y va más allá. El punto importante es que estas relaciones de fuerzas en la sociedad no son solo materiales: son también y sobre todo intelectuales e ideológicas. O sea: las ideas y las ideologías cuentan en la historia. Muchas veces durante años nos quedamos anclados en algunas de ellas. Pero todo pasa y todo puede cambiar. Nuevas ideas e ideologías permiten imaginar mundos nuevos y estructurar sociedades distintas. Corolario: siempre es posible establecer múltiples caminos. Nada está tallado en piedra para siempre.

El IMD 2022 dice que estas desigualdades vienen desde la desregulación de los años 80, que tomó distintas formas: algunos países tuvieron un alza espectacular de la desigualdad (EE. UU., Rusia e India) mientras que en otros (varios países europeos y China) esta fue menor. Lo que prueba que “la desigualdad no es inevitable, es una opción política” (página 11).

Algunos países se han vuelto más ricos pero sus gobiernos más pobres: la riqueza privada le “dio vuelta” a la pública. Problema: el presupuesto público, principal herramienta para reducir la desigualdad y la pobreza, también se redujo. Por eso la importancia de aumentar los ingresos, lo que está en agenda en Perú hoy con el pedido del Poder Ejecutivo de facultades extraordinarias al Congreso para legislar en materia tributaria lo que vence, ya, la próxima semana. Este es el momento para comenzar a cerrar las brechas de desigualdad.

El IMD 2022 tiene mucho más. Nos dice que “la desigualdad global hoy es de igual tamaño que la de principios del siglo XX, el pico del imperialismo de Occidente” (p. 12). Hay también desigualdades en la emisión de CO2 y la desigualdad de género es considerable a nivel global y que el progreso por país es lento.

Pero quizá la lección más importante es que las desigualdades, en ingresos y riqueza, no se pueden “naturalizar” (así es la vida, pues, qué le vamos a hacer). Los modelos económicos influyen en la historia y en sus resultados. Y las ideologías también. A tener en cuenta.

1) https://bit.ly/3puUCGM

Infografía desigualdad de la riqueza

Infografía desigualdad de la riqueza

La República

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