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El beneficiado

“Mientras se resuelven, Yonhy Lescano silba bajito, mira para otro lado e intentará permanecer en segundo plano, con la esperanza de mantenerse a flote en los primeros puestos”.

Todo este alboroto desatado alrededor de la candidatura de Rafael López Aliaga tiene un beneficiario indirecto: Yonhy Lescano. Al candidato presidencial de Acción Popular le ha venido muy bien la polémica disparada por el combo de declaraciones estridentes, falsas, victimistas, ofensivas, amenazadoras a la libertad de expresión de su contrincante de Renovación Popular.

En otras circunstancias, lo normal hubiera sido que, al alcanzar la punta de las encuestas (con 11,3% según IEP), Lescano hubiera alcanzado una notoriedad que lo hubiera convertido en una prioridad de la campaña. Con casi un mes y medio hasta la elección del 11 de abril, esto debió hacerlo blanco de los ataques de sus rivales.

La impresión que deja esta campaña es que, ante la mala oferta disponible, los electores vienen optando por la lógica del mal menor, entusiasmándose por los candidatos que parecen menos malos para someterlos al cotejo del escrutinio público y descartarlos si no los soportan. En ese escenario, Lescano tenía todas las posibilidades de salir perjudicado, pues su candidatura encierra un buen número de pasivos: desde un plan de gobierno con una abierta apuesta por la injerencia del Estado hasta su pertenencia a Acción Popular, el partido que llevó a la presidencia de facto a Manuel Merino y que ha tenido el comportamiento más devastador del actual Congreso.

Para suerte de Lescano no ha sido así gracias a López Aliaga, quien, al ubicarse quinto en las encuestas con un 7,6%, a partir de una importante subida capitalizando la fuga de votos sufrida por George Forsyth (Victoria Nacional), se ha transformado en la gran novedad de estas elecciones, acaparando los titulares con sus intervenciones estridentes y calculadas para atraer la atención, aunque sea por el camino de escandalizar.

Todavía está por verse cómo reaccionará el electorado peruano a la peligrosa estrategia de López Aliaga que, al copiar a Trump y Bolsonaro, amenaza conceptos tan elementales como la separación de poderes, los derechos elementales o la convivencia en la diversidad. ¿Le permitirá seguir subiendo? ¿Robará más votos, ahora de candidaturas de derecha que comienzan a ser descartadas, como las de Keiko Fujimori o Hernando de Soto? ¿Rechazará sus disparates, convirtiéndolo en moda pasajera que terminará por desinflarse?

Las respuestas a estas preguntas dependerán, por una parte, del propio López Aliaga y, por otra, de que quienes lo tienen enfrente sean capaces de contradecirlo sin caer en su juego de provocaciones y mal gusto. Mientras se resuelven, Yonhy Lescano silba bajito, mira para otro lado e intentará permanecer en segundo plano, con la esperanza de mantenerse a flote en los primeros puestos, beneficiado por las llamativas barbaridades de su rival de extrema derecha.

Raúl Tola

El diario negro

Raúl Tola. Autor de contenidos y de las últimas noticias del diario La República. Experiencia como redactor en varias temáticas y secciones sobre noticias de hoy en Perú y el mundo.