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Se inicia la era Biden

Se romperán algunas tradiciones en la toma de posesión del nuevo presidente de los Estados Unidos.

Son 35 palabras del clásico juramento presidencial que Joe Biden repetirá como lo han hecho los 46 mandatarios que lo han antecedido: “Juro solemnemente que ejerceré fielmente el cargo de presidente de Estados Unidos y que, hasta el límite de mis capacidades, preservaré, protegeré y defenderé la Constitución de los Estados Unidos”.

Será la primera vez, desde hace 152 años, que el presidente saliente no asiste a la toma de mando. Quien juramentará a Biden será John G. Roberts Jr., presidente de la Corte Suprema.

Algunas de las tradiciones se mantendrán, otras, producto de la pandemia, no podrán ser llevadas a cabo. Las escalinatas del ala oeste del Capitolio volverán a ser el escenario elegido. La participación ciudadana por la avenida Pennsylvania no será posible y Lady Gaga cantará el Himno Nacional para dar la bienvenida a Joe Biden y a su compañera de fórmula y nueva vicepresidenta, Kamala Harris.

En tanto, para evitar disturbios que el 6 de enero asolaron Washington, la capital norteamericana continúa bajo medidas de control estrictas y 25 mil efectivos de la Guardia Nacional han sido desplegados para evitar cualquier amenaza.

La unidad de todos los estadounidenses será el principal mensaje del flamante mandatario, quien “tenderá la mano” para superar la profundas divisiones que vive el país, en medio de una crisis sin precedentes, provocada por la pandemia y el efecto devastador en la economía.

El mensaje incorporará las primeras medidas de gobierno, entre ellas, un plan de estímulo masivo para reactivar la economía y un plan de lucha contra la Covid-19 que contempla una serie de medidas que van desde la creación de un Programa Nacional de Vacunación hasta un apoyo económico directo a las familias afectadas por la pandemia.

Hay algunas órdenes ejecutivas que el presidente Biden firmará de inmediato. Entre ellas hay algunas muy esperadas como moratoria en los pagos de los préstamos estudiantiles, que beneficiará a 43 millones de estadounidenses; prohibición del desahucio, que beneficiará a 25 millones de personas que corren el riesgo de perder sus viviendas; enviará al Congreso una reforma migratoria que legalizaría a 11 millones de indocumentados, además de mantener a los EEUU de Norteamérica en el seno de la OMS y de retornar al Acuerdo de París, algunas de las medidas más polémicas adoptadas por su predecesor. El mundo entero emitirá un suspiro de alivio.