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Atávicos serruchadores

En las palabras de McEvoy también hay un mensaje para Francisco Sagasti, algo así como que la pasividad no evita la vacancia.

La historiadora Carmen McEvoy ha impreso un giro nuevo al tema de la vacancia: pertenece a una tradición del siglo XIX, que acaba de regresar. Es importante considerarlo, pues cuando apareció la palabra, pocos pensamos que se materializaría, y cuando se concretó nadie pensó que se podría repetir. Ahora una vacancia presidencial es perfectamente factible.

En realidad estábamos avisados. Cuando vacar alcaldes y gobernadores se volvió posible, empezó una racha de iniciativas en ese sentido. Detrás de esa andanada, una verdadera industria del serrucho, que al poco tiempo cuajó en mafias políticas. Tumbarse al presidente de la República es solo el premio mayor en esa cacería de funcionarios elegidos.

La entrevista donde McEvoy evoca el XIX es breve, y no hay espacio para las consecuencias de ese “desorden controlado por momentos” al que la vacancia pertenece. Nos imaginamos por lo menos tres: un militarismo empobrecedor, la consiguiente guerra perdida frente a Chile, y un país lleno de peruanos pobres, discriminados y maltratados.

La reciente experiencia muestra que las mafias políticas no tienen nada que ganar con una nueva vacancia, aun si logran desbancar al presidente. Pero viene sugerido en el comentario de McEvoy que la cosa es más fuerte que ellos, como que se hubiera desatado un atavismo que va a costar mucho sacar de la escena nacional.

Por lo pronto ya hemos escuchado a uno de esos turbios congresistas sugerir la vacancia de la actual presidenta del Congreso, por no acatar la voluntad de una de las mafias. Hasta el momento todo ha quedado en nada, pero el llamado del desorden, en este caso más bien descontrolado, ya está allí, seguramente aplaudido por los compinches.

Para confirmar la fuerza atávica del asunto Manuel Merino, quien debería estar haciéndose cargo de un fuerte ostracismo, se pasea por todas partes como un patético Míster Vacancia. No se arrepiente de lo que hizo, y más bien está orgulloso. Por lo menos el candidato de Acción Popular no se ha tomado foto con el orondo golpista.

En las palabras de McEvoy también hay un mensaje para Francisco Sagasti, algo así como que la pasividad no evita la vacancia. También para el congresista truhán del 2021 atacar al poder constituido es segunda naturaleza.

La República

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