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El cóctel molotov, un trago amargo para los rusos

Defensa civil. Las bombas caseras de gasolina fueron bautizadas así en honor al canciller soviético que negaba la invasión.

Tovarich. Josef Stalin y su canciller Viacheslav Mólotov. Foto: difusión
Tovarich. Josef Stalin y su canciller Viacheslav Mólotov. Foto: difusión

En la fábrica de cerveza de Leópolis, una ciudad ubicada en la frontera con Polonia, o en algunos barrios de Kiev, se puede ver a soldados y civiles llenando botellas con gasolina y cubiertas con un trapo. Se trata del cóctel molotov, un arma casera que volvió a la celebridad como símbolo de la resistencia ciudadana a la invasión rusa.

Sin embargo, estas bombas de gasolina fueron inventadas por la resistencia republicana para incendiar los tanques con los que Mussolini armó a los fascistas durante la guerra civil española (1936-39). Pero fue en el primer año de la Segunda Guerra Mundial cuando fueron bautizadas así en honor al canciller soviético Viacheslav Mólotov, célebre por su cinismo a prueba de balas: cuando la prensa le objetó el bombardeo aéreo contra objetivos civiles en Finlandia, Mólotov negó lo evidente y respondió que los aviones soviéticos lanzaban canastas de alimentos.

Congelados. Soldados soviéticos congelados luego de la desastrosa invasión de Finlandia. Foto: difusión

Congelados. Soldados soviéticos congelados luego de la desastrosa invasión de Finlandia. Foto: difusión

Cuando los tanques rusos irrumpieron en los bosques congelados de Finlandia, las tropas locales los esperaban camuflados en la nieve, imperceptibles, para luego trepar a la torreta de los tanques e incendiarlos con este cóctel de fuego.

Resistencia. Tropas finesas, con camuflaje para nieve y esquís. Foto: difusión

Resistencia. Tropas finesas, con camuflaje para nieve y esquís. Foto: difusión

Era el año 1939, en Europa oriental nazis y soviéticos se invadieron y se dividieron Polonia, dando inicio a la II Guerra Mundial. Por motivos geopolíticos, Stalin también decidió invadir a la vecina y casi indefensa Finlandia. El primer error fue realizar el ataque en pleno invierno y no calcular el valor defensivo de los bosques finlandeses. Tampoco contaron con la feroz resistencia de los soldados fineses, bien abrigados, con su uniforme de riguroso blanco y movilizándose con esquís, mientras que los soviéticos se atascaban con la nieve hasta la cintura. Así las cosas, unas cuantas decenas de soldados detuvieron el avance de divisiones enteras del Ejército Rojo, capturando decenas de tanques y blindados y poniendo en ridículo a los soviéticos.

La victoria fue finlandesa y los soviéticos aprendieron la trágica lección. Un lustro después, en 1945, tomaban por asalto Berlín, la capital del “milenario” Tercer Reich y obligaron a los nazis a firmar una rendición incondicional.

De aquella guerra olvidada en los bosques fineses, sólo quedó el recuerdo del cóctel Molotov.

Capturas. Blindados rusos destruidos con el cóctel molotov. Foto: difusión

Capturas. Blindados rusos destruidos con el cóctel molotov. Foto: difusión

El dato

Sanción en las redes. La tecnológica Meta confirmó este lunes que restringirá en sus redes sociales, que incluyen Facebook, Instagram y WhatsApp, el acceso a la cadena RT y a la agencia Sputnik, medios afiliados al Gobierno ruso, por petición de la Unión Europea. Putin utiliza Twitter para sus mensajes, pero ahora está bloqueada en Rusia.

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