La trabajadora sexual que venció a uno de los mayores burdeles de España
Se trata de una lucha por el reconocimiento de una relación laboral que ganó luego de cuatro años entre muchas idas y vueltas a los juzgados.
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El triunfo final de la extrabajadora sexual Evelin Rochel se lo dio un reciente fallo del Tribunal Supremo que la convirtió en la primera trabajadora sexual de España a quien se le reconoce una relación laboral con el prostíbulo en el que ejercía, algo que el propietario sigue negando. “No va a ser condenado a nada aunque se haya probado que tiene esclavos dentro de sus instalaciones”, apunta.
Eso fue lo que ella manifestó en la demanda civil original, que presentó cuando la despidieron, poco antes de quedarse de ‘invasora’ (’okupa’) en aquel cuarto. “La sentencia es una victoria agridulce, ya que no incluye ninguna sanción para el empresario. Eso sí, la sentencia abre la puerta a que sigamos reclamando derechos laborales para el sector”, señala Rochel
Mientras, Antonio Herrero, el dueño de la Sala Flower’s, asegura que el fallo del máximo tribunal del país es “incorrecto”; asimismo, lo describe como una “barbaridad” e indica que Rochel jamás fue empleada suya. “Ella era una huésped del hotel y una clienta de la discoteca”, refuta.
BBC detalla que Rochel es colombiana y llegó al País Vasco a los 22 años, hace ya dos décadas. “Llegué como cualquier otro migrante a buscar lo que no encontrábamos en nuestros países: la posibilidad de salir adelante mediante un empleo y a emprender un proyecto familiar”.
Tras trabajar durante un par de años como limpiadora de hogar o camarera, acabó dedicándose a la prostitución, una actividad que en España no está regulada por una ley concreta. Pero mientras su ejercicio no está prohibido en el Código Penal, sí lo están la explotación y el proxenetismo.
Rochel empezó en el hostal Empuriabrava (Girona, Cataluña). “Allí trabajé en un club en el que tenía que darles el 40% de lo que cobraba a mis jefes”. Luego pasó por el Riviera de Castelldefels en Cataluña, hasta que en el 2002 terminó en la Sala Flower’s: un complejo situado en el municipio madrileño de Las Rozas, compuesto por el club, donde captaba a los clientes, y un apart hotel adjunto, en el que mantenía relaciones sexuales con ellos.
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