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Hospitales de CDMX están a punto de colapsar por segunda ola de COVID-19

En el Hospital Gea González, los pacientes son más jóvenes que en la primera ola y la letalidad es mayor aunque el enfermo no tenga otra patología que agrave su riesgo, confesó un médico.

El incremento de casos por COVID-19 en Ciudad de México, que atraviesa la segunda ola de la pandemia, ha provocado que la capacidad hospitalaria de la capital esté al borde del colapso. Según el reporte diario de la ciudad, los establecimientos de salud se encuentran con casi un 90% de sus camas ocupadas. Esta situación ha llevado a que muchos pacientes con coronavirus sean rechazados en admisión.

Claudia Sheinbaum, jefa del Gobierno de la Ciudad de México, informó este domingo 10 de enero que en toda la Zona Metropolitana hay en total 9.333 personas hospitalizadas, de las cuales 2.166 se encuentran en terapia intensiva. Esta cifra, advirtió, supera la proyección establecida previamente (8.907). En tanto, solo quedan 771 camas generales y 246 con ventilación disponibles.

Un reportaje realizado por el diario El País pudo contrastar esta situación en la capital mexicana. En Tláhuac, el Hospital General del ISSSTE, inaugurado apenas el 13 de diciembre, ya no recibe más pacientes con COVID-19.

“Lo siento, estamos llenos y no nos quedan camas”, le dice el personal de seguridad que custodia el establecimiento a un joven que pide asistencia para un familiar enfermo.

Las puertas de triaje del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) tienen un cartel que también impide el ingreso: “Aviso: hospital sin disponibilidad”, se lee en el comunicado.

Una mujer, pariente de una paciente internada por COVID-19 que sí alcanzó una cama, sale del edificio y declara que está esperando el alta de su madre, pese a que aún no se encuentra recuperada del todo.

“Nos han pedido que nos la llevemos para dejar una cama libre. Hay que dejar espacio para que otras personas puedan tener una oportunidad”, cuenta mientras sostiene un tanque de oxígeno que será utilizado por su madre una vez que lleguen a casa.

A solo uno metros del INER se encuentra el Hospital Gea González. Un médico testificó de forma anómica para El País que muchos pacientes que vienen por asistencia son derivados a otros establecimientos, a pesar de que saben que posiblemente tampoco cuenten con disponibilidad de camas. Algunas veces incluso ha presenciado la muerte de personas con COVID-19 en plena calle.

“La Secretaría de Salud nunca debió de haber quitado el semáforo rojo”, afirma el médico y señala que existe una diferencia con los pacientes que ingresan en esta segunda ola de COVID-19 respecto de la primera: son más jóvenes y aunque no sufran de una enfermedad previa, la letalidad es mayor.

Ciudad de México se encuentra en semáforo rojo, ya que los casos crecen exponencialmente. En la última semana, se registraron 5.000 nuevos infectados por día, en promedio, según un documento del Gobierno. Si esta situación continúa, es probable que para fines de enero, los hospitales de la capital sobrepasen su capacidad, pronostica un informe de la Universidad de Stanford y del CIDE.

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