Jaina Rodríguez Tamayo debió abandonar su país e ir a EE.UU. para poder tratar una extraña enfermedad que ponía en riesgo la vida de su hijo Alessandro.,Jaina Rodríguez Tamayo es una valiente madre que le hizo frente durante una década a las deficiencias que presenta el sistema de salud pública en Cuba con el único propósito de mantener a salvo a su menor hijo Alessandro. El pequeño padece el síndrome Melas, un tipo de encefalopatía mitocondrial que no puede ser tratada en el país insular. "Estuve 10 años tratando de que mi hijo fuera atendido, que me dieran un diagnóstico, que se preocuparan por salvarle la vida, para que tuviera calidad de vida. Pero no, al contrario, mi hijo sufrió maltratos sistemáticos por parte de médicos y enfermeras en Cuba", dijo la madre a Radio Televisión Martí. PUEDES VER Alarmante: el planeta perdió el 60% de sus animales salvajes en 44 años "Un día yendo a las consultas, conocí a una niña que se llamaba Amanda, que también sufría una encefalopatía mitocondrial, que la suya sí tenía nombre porque sus padres, es decir, el gobierno había pagado para que ella fuera a España a tratarse con células madres en el momento correcto su enfermedad, porque la niña era la nieta de un general y por supuesto, esos niños no se pueden morir, tienen que recibir tratamiento, los cuales nuestros hijos no tienen derecho a recibir", denunció Jaina Rodríguez. Es ahí que nació una luz de esperanza para Jaina Rodríguez, lo que la llevó a conseguir la certificación de que su hijo tenía una "encefalopatía mitocondrial con compromiso miopático", y con el documento le pidió a Roberto Álvarez Fumero, Jefe del Departamento Materno Infantil del Ministerio de Salud Pública de Cuba, que envié a su hijo a España. Pero su pedido fue denegado e incluso la detuvieron “Luego de volver del calabozo, voy al hospital y veo a los médicos alrededor de mi hijo mirándolo en estado de coma, con un infarto cerebral y un estatus epiléptico, y nadie hizo nada. Ellos mismos no podían concebir como seguía vivo sin recibir atención". Es allí que decide irse del país. PUEDES VER EE.UU. llama "la troika de la tiranía" a gobiernos de Cuba, Venezuela y Nicaragua "El 25 de mayo del 2017, traigo a Alessandro a México. Hasta que una persona la impulsa a tomar la decisión de llegar a los Estados Unidos “Por suerte en ese país tengo muchos amigos que me ayudaron y también estaba mi mamá. Pero cuando le digo al médico que mi hijo tiene una encefalopatía mitocondrial, me dice que eso no es un diagnóstico, que las encefalopatías mitocondriales son muchas, pero que de todos modos ellos lo van a atender, algo que no hicieron en Cuba". En el país azteca le dijeron que Alessandro había tenido 10 infartos cerebrales a lo largo de su vida, evento que tampoco advirtieron en su país. Luego vino una campaña de ayuda a través de las redes sociales para recaudar ayuda. “Mucha gente en Miami me brindó su apoyo y me seguían animando a ir allá, que ahí podían salvar a mi hijo”. Entonces la valiente madre decide cruzar la frontera, donde siguieron los problemas. El pequeño Alessandro mientras era atendido en México. Foto: Martí Noticias. "Yo soy detenida por los mexicanos, que me empiezan a decir que me van a deportar, que ya no le están dando asilo político a los mexicanos, y yo me echo a llorar y a orar, hasta que viene el jefe de emigración, y después de revisar toda la documentación y darse cuenta de que si regresaba a Cuba iba ser apresada y el niño moriría, en persona me entregó a los estadounidenses, porque era un caso especial, porque era un caso que necesitaba asilo político", contó. PUEDES VER Hannah Cornelius: La desgarradora súplica de joven antes de ser violada y asesinada “Cuando soy entregada, las atenciones que yo recibí, estoy muy agradecida de las personas de emigración en la frontera, yo no fui maltratada en ningún momento, fui tratada muy bien, a mi hijo se le llamó al 911, se le dejó tomar sus medicamentos, tener su tratamiento, le dieron su alimentación especial, aquí no se iba a morir por falta de atención médica”. La genetista que atiende su hijo en Estadios Unidos, le dijo que lamenta mucho que su hijo haya sido tan mal atendido. "Pero me dijo que está en el lugar indicado y no van a dejar de luchar porque mi hijo a partir de hoy tenga una vida mejor, para que pueda sobrevivir a esa enfermedad mortal, y darle una vida mejor". "Mi hijo todavía entiende, puede caminar con mucho dolor en sus piernas y con sus rodillas flexionadas, pero camina. Y gracias a los tratamientos que está recibiendo está mejorando, muchísimo. Pero hemos pasado por una verdadera odisea", está siendo atendido como nunca lo hubiera sido en Cuba, puntualizó Jaina Rodríguez.