“Todas nosotras”: el cómic que relata el dolor de las mujeres encarceladas por abortar en El Salvador
El Salvador es uno de los tres países latinoamericanos donde el aborto, voluntario o espontáneo, está penado con cárcel bajo la modalidad de homicidio agravado.
“Todas nosotras” es un cómic que relata la vivencia de cuatro mujeres salvadoreñas empobrecidas y sin ninguna posibilidad de poder acceder a una correcta defensa legal que impida que sean encarceladas por abortar.
La interrupción del embarazo en El Salvador, tanto voluntaria como espontánea, está catalogada como un homicidio agravado, por lo que muchas mujeres son condenadas a penas de cárcel de hasta 30 años, una realidad que denuncian las viñetas de Elizabeth Casillas e Higinia Garay.
Esta novela gráfica narra bajo una sola voz las experiencias de Mariana, Cynthia, María Teresa y Elsi, las protagonistas, sobrevivientes de ese sistema judicial que penaliza el aborto con la mayor de las condenas de su código penal, de acuerdo a la agencia EFE.
Casillas cuenta que muchas de las mujeres encarceladas sufrieron abortos espontáneos cuando su embarazo casi llegaba a término. Estas fueron denunciadas al llegar al hospital por los mismos trabajadores del lugar. Desde allí van directamente a la cárcel, donde comienzan a vivir otra segunda pesadilla.
La coautora explica que, al ser trasladadas desde el hospital a la prisión, no pueden vivir “el duelo”, ya que cuando llegan a la cárcel son mal vistas por las demás presas.
Aborto El Salvador
A eso se suma que, cuando cumplen su condena, pasan el resto de su vida ocultando que alguna vez abortaron, porque en El Salvador este hecho es una de las “cosas peores vistas”. Por ello, realmente no hay data precisa de cuántas mujeres hay encarceladas por este motivo.
Sin embargo, María Teresa Rivera consiguió salir del país centroamericano para luchar por los derechos de las mujeres salvadoreñas. Ella sufrió un aborto espontáneo en 2011 y la justicia la condenó a 40 años de prisión, aunque solo pasó cinco privada de su libertad, debido a que su caso fue revisado y Suecia accedió a refugiarla.
La coautora lamenta que, probablemente, este libro no pueda ser vendido en El Salvador, pero reconoce que es importante que estos relatos se lean en diferentes partes del mundo para evidenciar la situación y así se pueda cambiar la criminalización de la interrupción del embarazo.
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