El rugby vuelve a estadio lleno en Nueva Zelanda tras vencer al coronavirus

Luego de derrotar de manera categórica al coronavirus con una estrategia ejemplar, Nueva Zelanda pudo permitirse lo que actualmente en todo el mundo se podría calificar como un lujo: deporte a estadio lleno y sin restricciones.

El primer partido del rugby profesional en el país tras sobreponerse a la pandemia se jugó con más de 22.000 espectadores. Nueva Zelanda, referente y campeón mundial en tres ocasiones, celebró así el inicio del Super Rugby Aotearoa.

Esta versión del campeonato, que originalmente reúne a equipos neozelandeses, sudafricanos, argentinos, japoneses y australianos, es una alternativa local temporal con los cinco equipos que disputan el certamen internacional. El torneo base debió cancelarse el 15 de marzo debido a la propagación del virus.

El Forsyth Barr Stadium, de la ciudad sureña de Dunedin, fue el que albergó el encuentro en donde el equipo de casa, los Otago Highlanders, derrotaron por 28 a 27 a los Waikato Chiefs. La celebración en las tribunas, con abrazos y sin tener que distanciarse por seguridad, estuvo completa.

Incluso, la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, mostró su felicidad por el regreso de la competición. Pese a no poder asistir al que fue “uno de los partidos jugados con gente en un estadio por un tiempo”, posó sonriente con la camiseta de los visitantes.

El Super Rugby Aotearoa continúa este domingo con el encuentro entre los Blues y los Hurricanes, que se jugará en el estadio Eden Park de Auckland, el más grande del país.

Como no podía ser de otra manera, las 50.000 entradas que fueron puestas a la venta se agotaron, una forma de expresión de los ciudadanos por la emocionante vuelta del deporte que se comparte con la victoria contra la mortal COVID-19.

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