¿Cuál es la leyenda del niño llorón, el ‘cuadro maldito’ que aterrorizó al Perú en los 80?

En Perú, durante los años ochenta, estaba de moda decorar con cuadros los interiores de las casas. No obstante, había uno que causaba intriga y cierta curiosidad, ese era el supuesto ‘cuadro maldito’ del niño llorón, el cual incluso llegó a ser una leyenda urbana muy popular en esa época.

La pintura mencionada es una donde aparece un niño rubio de ojos azules con lágrimas en los ojos. Su semblante llama la atención porque refleja un sufrimiento indescriptible. Conoce a continuación más sobre este cuadro y la leyenda detrás de este.

¿Quién es el autor del cuadro del niño que llora?

El autor de esta obra de arte es el pintor Bruno Amadio. Nació en Venecia, Italia, en 1911, y en la industria artística era conocido como Angelo Gragolin, Franchot Seville o J. Bragolin, pues con esos nombres firmaba sus pinturas.

Como Amadio vivió la Segunda Guerra Mundial, según el novelista y escritor español Emilio Arnao, en varios de sus eventos se habría inspirado para pintar a niños llorando. Años después, se mudó a España e impulsó su carrera en el arte.

En los 70, el artista se hizo conocido por sus pinturas, las cuales eran protagonizadas por niños sufriendo, y contra todo pronóstico, fueron un total éxito en aquel tiempo.

No obstante, según cuenta la leyenda, Amadio inicialmente no era popular, por lo que hizo un pacto con el diablo para que sus obras se hicieran famosas, todo a cambio de su alma. Según indica Arnao, en total realizó 27 retratos de niños llorones, de los cuales, algunos fueron adquiridos por coleccionistas, e incluso otros están en los museos.

El escritor también comenta que los que compraron los cuadros de Amadio sufrieron tragedias en sus vidas personales, por ello, tiene la hipótesis que estos niños de alguna forma toman venganza por las injusticias y desgracias que pasaron a lo largo de su vida durante la época de guerra.

El ‘cuadro maldito’ del niño llorón en el Callao

La pintura se hizo tan famosa que se reprodujo en otras partes del mundo y llegó a Perú. Es así como se origina la leyenda urbana del cuadro maldito del niño llorando en el Callao.

En una casa aledaña a la plaza Comandante Fanning, conocido como Obelisco, en el Callao, vivía una madre soltera con su bebé. Un día, cuando fue al mercado a hacer sus compras de la semana, se topó con un viejo vendedor que le ofreció una serie de cuadros.

Inicialmente, la mujer estaba interesada en adquirir alguna pintura relacionada con el mar. No obstante, el mercader le insistió para que se llevara otra, y esa era la del niño llorón. Tanta fue la presión que hasta le bajó el precio, al punto de regalársela, es así como la chalaca terminó comprándola y, tras llegar a casa, la puso en su cocina.

Poco después, la madre obtuvo un trabajo en una agencia de aduanas y como ya no tenía tiempo de cuidar a su hijo, contrató a una niñera. Sin embargo, el niño de año y medio estaba intranquilo, pues en las noches lloraba demasiado y cuando dormía tenía sobresaltos, como si tuviera pesadillas.

En otro momento, cuando cambiaba a su bebé, se percató que este tenía moretones en el cuerpo, por lo que supuso que la niñera era la culpable. Aunque ella lo negó, de todas maneras la despidió y decidió encargarse de la crianza del menor.

Otro día, cuando la mujer llevó a la cocina a su hijo para darle de comer, como siempre, los llantos no cesaban. Es en ese entonces que tocaron la puerta y ella salió, y aunque los llantos se incrementaron, no les hizo caso, pues solo iba a tardar unos minutos en recibir un paquete.

Al regresar a la cocina vio cómo el bebé estaba en el piso inconsciente y con la marca de un golpe en la cara. Tras cargarlo vio el cuadro del niño llorando con otro semblante: esta vez sonreía. Inmediatamente, dejó el cuarto y llamó a su familia.

Sus familiares no le creyeron, pero aun así decidieron apoyarla y optaron por deshacerse del cuadro en Año Nuevo, pues faltaban pocos días para la fecha, y como solía ser costumbre en el país, se quemaba todo lo viejo.

Tiraron el cuadro al fuego, pero se sorprendieron al ver que este aún estaba intacto. No fue hasta después de un largo rato que recién empezó a quemarse, y según cuenta la leyenda, poco después ocurrió un apagón en todo el primer puerto.

¿por qué se cree que ‘el diablo’ apareció en la discoteca Señor Botija de SJL?

Según contaron los asistentes a la discoteca Señor Botija, club nocturno que fue muy popular en San Juan de Lurigancho en décadas anteriores, un hombre muy apuesto ingresó al local y llamó la atención de una joven que decidió bailar con él debido a sus ojos hipnotizantes.

Momentos después de haber bailado algunas canciones, la joven notó que el hombre comenzó a cambiar la forma de sus piernas y estas se transformaron en escalofriantes patas de cabra. Los asistentes a la discoteca Señor Botija se vieron interrumpidos por los gritos de la muchacha y acto seguido las luces se apagaron.

Cuando la iluminación regresó, el hombre había desaparecido y la joven yacía muerta en el piso. Lo que más llamó la atención del público fue que la canción que se escuchaba fue “El señor de la noche” de Don Omar, publicada en el 2006.

¿Cuándo ‘apareció el diablo’ en la discoteca Señor Botija?

Aunque la leyenda cuenta que ‘el diablo’ apareció en el 2006, algunos vecinos tienen la teoría de que esto sucedió precisamente en una fiesta llevada a cabo en Viernes Santo de dicho año en la discoteca Señor Botija; sin embargo, no existe una fecha oficial con exactitud.

¿En qué otros países ‘apareció el diablo’?

Ciudadanos de otros países como Colombia, España y México también reportaron la misma anécdota, aunque con mínimas variaciones, sobre la ‘aparición del diablo’ en clubes nocturnos.

Un caso sonado de un ‘diablo’ en una discoteca fue en Colombia. La leyenda cuenta que hace más de 20 años en Jueves Santo apareció un hombre hermoso en un club nocturno de Cali que bailó con una joven. Sin embargo, cuando empezó a oler a azufre en local, el hombre se fue convirtiendo en un animal con características de una cabra.

Pese a que se dice que los asistentes huyeron de la discoteca, los autos no encendían. Los más valientes que regresaron a la discoteca encontraron a la joven ya fallecida con quemaduras en el cuerpo. Hasta la fecha, tampoco existe confirmación del caso.