Salvador del Solar: “Me siento más cerca del general Moncada que de Pantaleón”
“Cien años de soledad”, de Gabriel García Márquez, debuta como serie en Neftlix este miércoles 11 de diciembre. Salvador del Solar, quien dará vida al general José Raquel Moncada, conversa en exclusiva con La República sobre lo que desde ya es un suceso. Se trata de una de las novelas mayores de la cultura hispanoamericana.
Cien años de soledad no solo es una de las novelas mayores de la literatura hispanoamericana del siglo XX, es del mismo modo una de las obras que ya tiene un lugar de privilegio en la cultura universal. Cuando Gabriel García Márquez (Premio Nobel de Literatura 1982) la escribió, si bien estaba seguro del vuelo de su obra, no estaba del todo convencido del impacto que tendría si esta se llegara a publicar. La historia es harto conocida: desde 1967, Cien años de soledad no deja de sumar lectores.
Por eso, resulta todo un acontecimiento que la plataforma Neftlix estrene, este miércoles 11 de diciembre, lo que parecía imposible: la serie Cien años de soledad, con la dirección de Alex García López y Laura Mora en su primera temporada, la cual ha suscitado la curiosidad de millones de personas en el mundo. Al respecto, el reconocido actor nacional Salvador del Solar, tendrá un rol en esta producción al encarnar al general José Raquel Moncada, el mejor enemigo de Aureliano Buendía.
“Estamos en una guerra civil en la novela, con mucha polarización. En ese contexto, Moncada es una persona que ve más allá de las banderas y de las convicciones políticas, más allá de aquello que puede llevar a una persona, por sus convicciones, a tomar las armas. Además, es capaz de ver a Aureliano tal cual. Es capaz de entender a Macondo no como un campo de batalla, sino como una comunidad de vecinos. Y es alguien que consigue la confianza de Aureliano, pero más importante todavía, consigue la confianza de Macondo, siendo Macondo un lugar donde también las divisiones existen y significa un paréntesis de tranquilidad, un paréntesis a la violencia, un paréntesis a la intolerancia. Así que es muy interesante, para los tiempos que vivimos, y no me refiero solamente a nuestro país, sino en general, que una de las novelas universales de la lengua castellana, por lo menos en lo que tiene que ver con mi personaje, presente esa especie de posibilidad de convivir de otra manera. Por ejemplo, los latinoamericanos somos una unidad dentro de toda nuestra diversidad. Cada uno de nuestros países, como Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia, somos una diversidad al interior, pero compartimos un gran territorio, una gran cultura y tenemos muchos elementos en común con toda esta diversidad”, declara para La República Salvador del Solar, para quien, se deduce, interpretar al general Moncada es un desafío actoral, de los varios que ha tenido en su trayectoria.
“Además de un desafío, es un deleite muy particular. Tenía que ver con querer ser Rocky, querer ser Batman. Sin embargo, uno conoce a Rocky, uno conoce a Batman, tiene una imagen en particular. Pero cuando hablamos de una novela, más bien nos acercamos a un desafío como el que quizá me tocó hacer respecto a Pantaleón y las visitadoras. Yo le pedí a Pancho Lombardi que me hiciera un casting cuando me enteré de que no estaba pensando hacerme un casting. Le dije hazme un casting porque yo he leído Pantaleón en el colegio, lo he vuelto a leer en la universidad y yo no soy Pantaleón. Luego tuve el inmenso honor de conocer a Mario Vargas Llosa y que él me dijera, no hablando solo de mi personaje, sino también de la película, que ustedes han hecho un drama increíble de esta comedia, lo cual revela que el propio Vargas Llosa tenía muy claro que lo que estaba haciendo en el año 1973 al publicar esta novela era desde la literatura enfrentarse a un régimen militar y burlarse de él, un régimen militar que entonces gobernaba a nuestro país. Y perdona que me vaya tanto por las ramas, pero quizá pueda servir de algo para responder a tu pregunta en el sentido de que efectivamente, cuando piensas en Cien años de soledad, piensas wow, no puedo creer que pueda estar ahí. A diferencia de Pantaleón, en el caso de José Raquel Moncada, he sentido una afinidad inmediata, una cercanía. Y he sentido algo como, qué bonito poder interpretar a este personaje. Representa, siento yo, lo que yo también creo que le hace falta al mundo hoy”.
El libro como objeto, pese a que se ha declarado su muerte en más de una alocada ocasión, está revelando no solo su capacidad de transmisión, sino también una posibilidad de cambio, una oportunidad para la empatía mediante la literatura. Sobre este punto, Del Solar señala:
“Necesitamos más de la gran literatura universal en nuestras pantallas también. Las pantallas no deben entenderse como si estuvieran compitiendo con la literatura. Yo creo que puede haber una complementariedad extraordinaria. Si nuestras pantallas, en este caso las de las plataformas, una plataforma de las dimensiones y de la relevancia de Netflix, llevan a sus millones de espectadores en el planeta nuestras grandes historias, no hay manera de que el gran arte literario no contribuya a un enriquecimiento personal, incluyendo este elemento que tú mencionas, que es el de la empatía. Irene Vallejo, que hace poco estuvo en Lima, mencionó esta manera de ver la convivencia actual entre el libro y cómo se manifiesta en las pantallas, porque también es una historia que ha cambiado muy recientemente, apenas en poco más de una década, que plataformas como Netflix han revolucionado la forma en la cual nos relacionamos con las pantallas. También es interesante tomar en cuenta que ahí donde los teléfonos celulares, creo que se puede decir con tranquilidad, han contribuido a que nuestra capacidad de atención haya disminuido en el tiempo, que nos hayamos acostumbrado a comunicaciones breves, rápidas, efímeras o a videos cortísimos que son sucedidos una y otra vez por otros videos cortísimos, todos capaces de captar nuestra atención durante un segundo y medio, sí pueden contribuir a sostener un tipo de relación de más largo plazo con una historia, que es el que solemos tener con los libros. Y en ese sentido, también podrían verse como aliados. Es cierto que alguien podría decir oye, pero si vi la película y ya no me leo el libro, que es mucho más tiempo, ¿no? Es probable, y seguramente eso ha sido así desde que existe la televisión y el cine, ni siquiera la televisión, ni hablemos de las plataformas. Pero también creo que es probable, y conozco casos de personas, y de muchas personas jóvenes, otras no tanto, que dicen es por la serie que fui a buscar el libro. Entonces, hay una retroalimentación con un potencial de enriquecimiento importante”.
Esta serie, más allá de su acogida, ya quedó como documento visual. Tras varios minutos de conversación, quizá podamos especular en que el éxito de Salvador del Solar parte del simple y sano hecho de no creérsela.
“Yo no me imaginaba ni siquiera actuando en una película, pero no porque no lo deseara, sino que me parecía que era un sueño muy bien asentado en el terreno de lo fantasioso. Era como una aspiración. Me tardé mucho tiempo en definirme como alguien que quería ser actor. Estudié otra carrera completa antes de finalmente decidir aventarme con todo. Me atreví a seguir el camino de mi vocación. Una vocación es un llamado tan fuerte que no hay nada que pueda desalentarte o desanimarte”.