¿Cómo ver cuánto tengo en mi AFP?
Cultural

Premio Nobel de Literatura: Olga Tokarczuk y Peter Handke

Galardonados. La Academia Sueca anunció a la escritora polaca Olga Tokarczuk y al austriaco Peter Handke como ganadores del Premio Nobel de Literatura versión 2018 y 2019, respectivamente.

El País y EFE

La Academia Sueca premió ayer con el Nobel de Literatura, en la primera elección doble en casi seis décadas, la “imaginación narrativa” de la polaca Olga Tokarczuk y el “ingenio lingüístico” del austríaco Peter Handke.

Tokarczuk recibe el premio aplazado en 2018 por la crisis de la Academia Sueca a raíz de un escándalo sexual y de filtraciones, y Handke, el de este año, en una elección alejada de las sorpresas de ediciones precedentes, como la bielorrusa Svetlana Alexiévich, el cantautor estadounidense Bob Dylan o el británico Kazuo Ishiguro.

La escritora polaca era una de las que más sonaba en las quinielas, junto con la canadiense Anne Carson y la guadalupeña Maryse Condé; y Handke, un clásico en los pronósticos desde hace décadas.

La Academia resaltó en su fallo el talento para explorar la periferia y la especificidad de la experiencia humana de Handke, uno de los autores europeos “más influyentes” después de la II Guerra Mundial; así como la “pasión enciclopédica” con que Tocarczuk representa “el cruce de fronteras como una forma de vida”.

Olga Tokarczuk

Hija de maestros, Tokarczuk (Sulechów, 1962) cultivó su interés por la literatura en la biblioteca escolar en la que también trabajaba su padre y luego hizo estudios de psicología.

Debutó como autora de ficción en 1993 con El viaje de los hombres del libro, premiada como obra debut del año por los editores polacos, aunque la consagración le llegó en 1996 con su tercera obra, En un lugar llamado antaño, una saga familiar que repasa la historia contemporánea de Polonia.

Inspirada a menudo por los mapas y una perspectiva “desde arriba” que tiende a convertir su microcosmos en reflejo del macrocosmos, la autora fue abandonando su inclinación por arquetipos junguianos en el libro de relatos cortos Concierto de varios tambores (2001) y la novela Los corredores (2007).

La escritora polaca no ve la realidad como algo estable y crea sus novelas desde la tensión entre opuestos culturales, enfatizó el jurado, que considera su obra magna la novela Los libros de Jacob (2014), sobre la vida del líder de una secta del siglo XVIII.

Tras enterarse de los resultados, la escritora dijo estar “muy orgullosa” de que este galardón y el de 2019, para el austríaco Peter Handke, sean para escritores de Europa central, donde dijo que hay problemas con la democracia y esperó que, “en cierto modo”, dé “una especie de optimismo”.

Por eso, consideró que un premio literario como este “nos dará una especie de optimismo, que tenemos algo que decir al mundo y que estamos aún activos y tenemos aún la capacidad de expresarnos, y tenemos algo profundo que contar al mundo”.

La escritora polaca estaba viajando en automóvil por Alemania cuando recibió la llamada que le anunciaba el galardón.

“Estaba tan sorprendida. No puedo encontrar las palabras justas para expresarlo. Me gustaría llegar a un lugar tranquilo, para tomarme el tiempo para reaccionar”, dijo la Nobel.

El dato

- Polonia. Olga Tokarczuk es una figura importante y controvertida en su Polonia natal. Activa intelectual y abiertamente feminista, ha sido castigada como targowiczanina: un antiguo término para traidora.

Libros traducidos al español

libro

libro

Thriller de hadas

A mitad de camino entre el thriller y el cuento de hadas. El personaje es Janina.

1

1

Ligera y profunda

Novela que indaga en las posibilidades del género para hablar sobre el cuerpo.

1

1

Fábula histórica

Historia fabulada de un pueblo campesino polaco desde la I Guerra Mundial hasta la actualidad.

Peter Handke

Handke nació en Griffen (1942), en la región austríaca de Carintia, de madre de la minoría eslovena y un soldado alemán, al que no conoció hasta la edad adulta.

Abandonó los estudios de Derecho tras su primera novela, Los avispones (1966), que con su provocador debut teatral, Insultos al público (1969), lo situaron en la escena literaria de su país.

Su consagración llegó con su novela más conocida, la existencialista El miedo del portero ante el penalti (1970), dentro de una larga y prolífica carrera que incluye también teatro, poesía, relato, guion, ensayo y libros de viaje.

“El arte peculiar de Handke es la extraordinaria atención a los paisajes y la presencia material del mundo, que han hecho del cine y la pintura dos de sus grandes fuentes de inspiración. A la vez su escritura muestra una búsqueda inacabada por el sentido de la existencia”, resalta la Academia Sueca.

Desde el jardín

En un reportaje de Marc Bassets publicado en El País, de España, se describe la informal rueda de prensa que se armó en casa de Handke, en las afueras de París. Bassets escribe que a las 15.45 el flamante premio Nobel regresó por uno de los caminos que conducen a su casa con jardín. Le esperaba una decena de periodistas. “Pasen”, dijo, desafiando su reputación de escritor huraño, de artista apátrida y extraterritorial. Vive aquí desde hace 30 años, rodeado de vecinos que no saben muy bien a qué se dedica.

“No sé si estoy feliz, pero estoy emocionado”, declaró. “Pero no lo puedo mostrar con las cámaras y los aparatos de fotos. Es difícil estar emocionado. Hay que ser actor para estarlo delante de ustedes”. Después reveló: “No sé cómo celebrarlo. Me gustaría beber, pero no he comido nada hoy. No tengo hambre”. Sus sensaciones eran extrañas. “Como escritor has nacido culpable. Y hoy, a esta hora, no me siento culpable, me siento libre”.

Handke es reacio a entrar en debates contemporáneos, pero cuando un periodista le pregunta sobre la ola nacionalista en Europa, responde: “Yo distingo entre nacionalismo y patriotismo. Mi país es Austria. Cuando alguien insulta a mi madre, a mis hermanos, a mi país sin conocerlos, me vuelvo patriota. Pero soy antinacionalista”.

Hace unos años, Handke declaró que “habría que suprimir el Nobel” porque “es una falsa canonización”. Ayer, con un toque de humor, lo matizaba: “Ahora lo han corregido. Quizá continúen por la buena vía ahora. No tengo nada que criticar”. Y, más serio, explicó: “Cuando critiqué el premio, no hablaba como autor sino como lector. Mi existencia consiste en leer. Me siento en mi sitio cuando empiezo a leer, a descifrar, a encontrar las palabras”. Explicó que cada mañana dedica un rato a unos versos de Píndaro y a otros autores en griego antiguo. “Es bueno para la cabeza y para el corazón”.

Otra pregunta. ¿En qué gastará el dinero? “Ah, vaya cuestiones… No muy sutiles. Cuando era joven escuchaba una canción de Ray Davies, de los Kinks, con una frase que me gustaba mucho: ‘Hay demasiado en mi cabeza’. No me pregunte por el dinero…”.

¿Y tras el Nobel? “Hay que continuar como si nada. Es uno de mis motivos en la vida: hacer como si nada. Aún tengo cosas que contar, rimar e imaginar”.

La clave

- Cine. Handke evocó su amistad con el actor Bruno Ganz y el cineasta Wim Wenders, para quien escribió El cielo sobre Berlín. También con el profesor Eustaquio Barjau, traductor al castellano de su obra.

Obras al castellano

1

1

Un actor errante

Una peregrinación poética a través de su brillante escritura. La sociedad, la política y la naturaleza.

1

1

Doce pasos

Josef Bloch, ex portero de fútbol, es despedido de su trabajo como mecánico y debe empezar de nuevo.

1

1

Ruta espiritual

Siete peregrinos emprenden un iniciático «viaje al país sonoro», una búsqueda espiritual.

Los artículos firmados por La República son redactados por nuestro equipo de periodistas. Estas publicaciones son revisadas por nuestros editores para asegurar que cada contenido cumpla con nuestra línea editorial y sea relevante para nuestras audiencias.