La forma en que se designa el nombre del año en Perú adquiere relevancia en la elaboración de documentos oficiales, donde la precisión es crucial. La situación política, social y económica del país influye en la elección del nombre, lo que ha llevado a la búsqueda de una denominación que represente la realidad actual.
Asimismo, la variabilidad en el nombre del año no solo afecta a los documentos oficiales, sino que también podría generar inquietud entre la población. La falta de claridad en este tema puede llevar a malentendidos y confusiones, especialmente en contextos legales y administrativos. Por ello, es importante que se establezcan criterios claros y consistentes para su uso.
El año 2024 en Perú lleva el nombre de “Año del Bicentenario, de la consolidación de nuestra independencia, y de la conmemoración de las heroicas batallas de Junín y Ayacucho”, con lo cual es necesario colocarlo de tal manera cuando se redacten documentos de carácter oficial. Cabe indicar que el 31 de diciembre de 2024 terminará la etapa oficial de conmemoración del bicentenario de la independencia del Perú.
Desde 1962, el Perú le pone nombre a cada año. Foto: Andina
La publicación del Decreto Supremo N.º 129-2023-PCM en el diario El Peruano hizo referencia a la conmemoración de los 200 años de la consolidación del proceso de independencia. Este evento no solo celebra la libertad del país, sino también el triunfo de Hispanoamérica en las batallas de Junín y Ayacucho, importantes eventos de la historia republicana.
Asimismo, la medida se alinea con lo dispuesto en el numeral 8 del artículo 118 de la Constitución Política del Perú y la Ley 29158, Ley Orgánica del Poder Ejecutivo. En ese sentido, la conmemoración se presenta como una oportunidad para reflexionar sobre el legado de la independencia y su impacto en la identidad nacional.
La Batalla de Junín, que se desarrolló el 6 de agosto de 1824, enfrentó a las fuerzas patriotas, lideradas por Simón Bolívar, contra las tropas realistas españolas bajo el mando de José Canterac. La importancia estratégica de Junín radicaba en su posición geográfica, que permitía controlar el acceso a la sierra central del Perú, un área crucial para las comunicaciones y el abastecimiento de ambos bandos.
El enfrentamiento comenzó con una ventaja inicial para las tropas realistas, que lograron desorganizar a los patriotas en los primeros momentos de la batalla. Sin embargo, la situación cambió drásticamente gracias a la intervención decisiva del escuadrón de húsares del Perú, liderado por el coronel Isidoro Suárez. Este escuadrón, mediante una carga valiente y bien coordinada, logró desarticular a las fuerzas realistas, forzándolas a una retirada desordenada.
La Batalla de Ayacucho, que se desarrolló el 9 de diciembre de 1824, constituye uno de los hitos de la historia del Perú porque se trata del enfrentamiento que selló el proceso de independencia de los nacientes estados sudamericanos. Si bien José de San Martín había proclamado la independencia del Perú en julio de 1821, aún esta no podía considerarse definitiva mientras el ejército hispano se mantuviera en nuestro territorio.
Es así que, después de un desigual enfrentamiento con las huestes del libertador Antonio José de Sucre que comandaba el ejército Patriota, el general español, José de Canterac, en representación del derrotado Virrey José de la Serna, firma la capitulación en la que aceptaba el retiro definitivo de los ejércitos realistas de nuestro territorio y la ansiada independencia del Perú.
La denominación del año es un proceso que trasciende lo meramente simbólico. Este acto está íntimamente ligado a la realidad política, económica y social de un país. Al elegir un nombre, se busca resaltar figuras ilustres o acontecimientos significativos que han dejado una huella en la memoria colectiva. Así, la sociedad tiene la oportunidad de reflexionar sobre su historia y valorar aspectos que merecen atención.
El proceso de elección del nombre oficial del año en Perú es un ejercicio que involucra a diversas entidades públicas, incluyendo ministerios. Cada año, se presentan múltiples propuestas que reflejan la coyuntura actual del país. Finalmente, el presidente de turno escoge la opción que mejor se alinea con los objetivos de su gestión.
Este nombre no solo es simbólico, sino que también busca comunicar la dirección que tomará el gobierno durante los desafíos que se les presente. Así, se convierte en un referente que puede influir en la percepción pública y en la agenda nacional.
El nombre del año es muy importante a la hora de redactar documentos oficiales. Foto: difusión