La dueña de una bodega, ubicada en el asentamiento humano 15 de Agosto, en el distrito de San Juan de Lurigancho, invadió parte de la vereda cercana a su casa con el objetivo de construir un bar clandestino, tal como lo muestra el cartel colgado en la puerta de entrada al recinto. Por si fuera poco, decidió instalar un baño y hasta un tanque de agua, pese al limitado espacio de la cantina.
La comerciante, identificada como Allyson Zevallos, justificó la construcción ilegal alegando que su horario de atención termina a la medianoche y que su baño busca evitar incomodar a sus vecinos. "Al menos tengo mi baño o usted le parece bien que las criaturas estén viendo ahí afuera que están orinando los hombres", declaró la mujer para Latina TV.
Sin embargo, los residentes de la zona afirman que los asaltos y peleas han aumentado debido a la presencia del bar, el cual fue construido hace cuatro años. Además, señalan que la cantina funciona toda día, tarde y noche, con música a todo volumen. De igual manera, denuncian que los clientes suelen generar peleas en las inmediaciones del lugar.
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"Lo que a mí me incomoda son los pleitos en el lugar. Los problemas. Uno a veces no puede pasar porque nunca falta un faltoso o uno que te queda mirando", comentó una vecina.
Naomi Guzmán, una joven universitaria que vive al lado de la bodega, es otra de las víctimas del bar ubicado en plena vía pública. Ella apunta que la bulla del establecimiento no le permite continuar sus estudios con normalidad.
"Cuando estaba en clases virtuales me botaban de clases. Vivo al costado. Lo que a mí me preocupa es que yo tengo sobrinos, tengo primas que son niñas. Siempre se pelean. Vienen con pistolas. Hace poco, se han agarrado con cuchillos", declaró al mismo medio.
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"Yo estoy denunciando porque ya me cansé de esto porque no puedo vivir tranquila. Si algo me pasa, la responsabilizo (a la dueña del bar)", agregó.
De igual manera, los vecinos señalan que el auto de una mujer que vive cerca al bar terminó con bolladuras debido a una pelea. Sin embargo, los daños no son reconocidos. "Como al mediodía empiezan a tirarse piedra, palos, rompen botellas. Cuando uno les reclama, se amargan. La moto de mi hijo calló sobre el carro. Le rompieron el espejo", declaró la víctima a Latina TV.
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