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Sociedad

Nadie controla los ‘tours’ al cerro San Cristóbal pese a que la vía sigue sin protección

Alerta. Municipios del Rímac y Lima deslindan responsabilidades y dicen que la ATU es ahora la que debe impedir que se realicen estos viajes turísticos. Recién a fines del 2020 mejorarían la vía de acceso al tradicional cerro.

Silencio e inacción. Tras la denuncia de La República sobre que diversas empresas de transporte han retomado el negocio informal de los ‘circuitos turísticos’ hacia el mirador del cerro San Cristóbal, cuya vía de acceso no cuenta con las medidas de seguridad necesarias, ninguna autoridad municipal ha tomado medidas pese a haber transcurrido una semana.

En esta zona, donde hace dos años una unidad de la empresa Green Bus cayó y dejó 10 fallecidos y 50 heridos, la vigilancia sigue nula, por lo que los vecinos vienen pidiendo a los municipios del Rímac, de Lima y a la Autoridad de Transporte Urbano (ATU) que ejecuten operativos de fiscalización.

Se debe indicar que las compañías ya no usan buses panorámicos de dos pisos sino que han optado por minivanes que cobran 10 soles por persona y que transportan hasta a 15 usuarios por viaje.

De lunes a domingo, los ‘jaladores’ que ofrecen estos paseos turísticos se ubican en los alrededores de la Municipalidad de Lima, cerca de la iglesia de Santo Domingo, la Plaza de Armas y la Alameda Chabuca Granda, y nadie hace nada.

Al respecto, la Municipalidad de Lima ha asegurado que si bien hasta hace poco otorgaba permisos para la prestación del servicio turístico, previo cumplimiento de requisitos, “no autorizaba circuitos en particular”; es decir, rutas precisas.

También ha respondido que todas las autorizaciones a las empresas turísticas han sido transferidas, desde el 23 de octubre pasado, a la Autoridad de Transporte Urbano (ATU).

A su vez, esta entidad precisó que ejecutará operativos en la zona, pero no dio una fecha, por lo que el riesgo continúa.

Obras en el 2020

Tras la tragedia del 2017, se conoció que el municipio del Rímac era el encargado de dar mantenimiento a la ruta de acceso al cerro. No obstante, en un recorrido por la vía sinuosa y empinada, comprobamos que aún no existe señalética de velocidad, de curvas peligrosas, ni tampoco se ha construido muros de contención para evitar futuros accidentes. En el lugar solo hay una franja de barandas de madera y mallas.

El gerente del Centro Histórico del Rímac, Víctor Rojas, reconoció que la anterior gestión municipal no ejecutó ninguna mejora en esa ruta. También precisó que hoy vienen trabajando en una mesa técnica con el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur) para dar luz verde a un proyecto de protección y conservación de la zona monumental del distrito.

“Esto incluye la mejora de la vía de acceso al cerro San Cristóbal, con señalización y muros de contención. El perfil técnico lo aprobaríamos en el primer trimestre del 2020 y las obras estarían empezando a mediados del otro año”, dijo, tras señalar que los ‘tours’ no deben darse por el peligro latente.

Lima debía establecer las rutas

- El director de la ONG Luz Ámbar, Luis Quispe Candia, sostuvo que después del accidente del 2017 la Municipalidad de Lima no solo debía otorgar autorizaciones sino que debía emitir un reglamento de transporte turístico, estableciendo rutas, paraderos, características de los vehículos y paraderos determinados.

- Eso no se dio en la gestión de Luis Castañeda Lossio ni en la de Jorge Muñoz, por lo que ahora es tarea de la ATU.

- De esa manera, recomendó a la nueva Autoridad de Transporte Urbano que establezca la presencia de inspectores y policías para evitar que sigan subiendo al cerro San Cristóbal. “Eso se debe hacer de inmediato por el alto riesgo”, alertó.

- El proyecto de teleférico sigue aún en estudios.

(Lima, 1988). Estudió Periodismo en la Universidad Jaime Bausate y Meza. En sus más de 10 años como reportero ha trabajado en radio, TV y prensa. Actualmente, escribe crónicas y reportajes en el diario La República. También ha sido becario de la Red de Periodistas Latinoamericanos Cosecha Roja y es colaborador de la revista Anfibia. Ocupó el primer lugar en el Primer Concurso Nacional de Periodismo sobre Políticas Sociales (CIES-2015). Sus cuentos han sido publicados en antologías literarias. Es coautor de La banda sonora de tu vida (Autómata, 2019), de Generación B, jóvenes del Bicentenario (Artífice, 2021) y de Una carta sin Paul McCartney y otros relatos (Caja Negra, 2022).