El Papa en contra de la pena de muerte, pero el fujimorismo insiste

Cambios. Pontífice modifica el Catecismo católico para declarar “inadmisible” la pena capital, incluso, ante crímenes “graves”. Asegura que los sistemas de justicia pueden fallar. En el Congreso hay cuatro proyectos que proponen aplicar esta pena.,La aplicación de la pena de muerte en Perú vuelve a estar en debate. Esta vez, la discusión no surge como propuesta legislativa de sectores conservadores, algunos vinculados a la Iglesia católica, sino como reacción a un mandato del propio líder de dicha institución, el papa Francisco. El anuncio del religioso, en el contexto nacional, se produce en momentos en que Fuerza Popular, en respuesta al referéndum solicitado por el Ejecutivo, ha planteado que en la consulta se incluya también la pena de muerte para violadores de menores de edad. PUEDES VER Obispos peruanos se pronuncian sobre prohibición de la pena de muerte Ayer, el sumo pontífice modificó el Catecismo católico, en su punto N° 2267, para declarar “inadmisible” la aplicación de la pena capital. El líder religioso, sin embargo, fue un paso más allá y ordenó que la Iglesia, formada por jerarcas y comunidad de fieles, se comprometa a trabajar para eliminar dicho mecanismo de sanción. “La Iglesia enseña, a la luz del Evangelio, que la pena de muerte es inadmisible porque atenta contra la inviolabilidad y la dignidad de la persona, y se compromete con determinación a su abolición en todo el mundo”, se lee en la nueva redacción del Catecismo difundida ayer. En la edición previa, cuya versión data de 1997, se señalaba que la doctrina católica “no excluye (…) el recurso de la pena de muerte, si esta fuera el único camino posible para defender eficazmente (…) las vidas humanas”. Al respecto, monseñor Miguel Cabrejos, presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, solicitó a los “fieles y autoridades” que defiendan el “derecho a la vida bajo cualquier circunstancia que la amenace porque esta es inviolable”. El caso peruano La Constitución del Perú, en su artículo 140, permite aplicar la pena de muerte bajo dos supuestos: traición a la patria en caso de guerra y terrorismo. Sin embargo, es frecuente que, ante algún crimen grave y mediático, desde el Congreso se plantee la posibilidad de ampliar el alcance de su aplicación, como ocurre ahora. En el actual periodo parlamentario se han presentado cuatro proyectos para modificar la Constitución y castigar con pena de muerte a quienes violen a menores de 7 años. Tres de ellos han sido presentados por congresistas del fujimorismo, entre ellos Úrsula Letona, actual vocera de la bancada. La República consultó a su despacho si la parlamentaria retiraría la iniciativa, o si se podría excluir el tema del referéndum, pero no hubo respuesta. De acuerdo con el banco de proyectos del Congreso, en el periodo anterior (2011-2016) se presentaron otras dos iniciativas similares, una de ellas de Luisa María Cuculiza, entonces del Grupo Parlamentario Fujimorista. En agosto de 2010, la propia Keiko Fujimori, respaldada por sus parlamentarios, presentó una iniciativa en el mismo sentido. En 2006, la Célula Parlamentaria Aprista y el propio Alan García, entonces presidente de la República, presentaron dos proyectos para aplicar la pena de muerte. Solo llegó a votación aquel que buscaba implementar la sanción mencionada para formas agravadas de terrorismo, pero fue archivado. Razones de la iglesia Las razones de la Iglesia católica para oponerse a la pena de muerte han sido detalladas por el cardenal Luis Ladaria Ferrer, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que es el órgano oficial del Vaticano para “promover y tutelar” las creencias de la institución religiosa. En un documento aprobado por el propio Papa, se explica que la pena de muerte, en cualquiera de sus formas de ejecución, “implica un trato cruel, inhumano y degradante” que es “inadmisible” sin importar cuán “grave haya sido el crimen”. Con esa premisa, Francisco asegura que ese castigo debe ser rechazado “en razón de la defectiva selectividad del sistema penal y frente a la posibilidad del error judicial”, que podría ordenar la muerte incluso de inocentes. En otro momento, el Papa añade que la doctrina católica actualizada comprende que las sanciones penales del Estado “deben estar orientadas ante todo a la rehabilitación y la reinserción social del criminal” y a la posibilidad de “redención”. Además, considera que los sistemas de detención hacen que la pena de muerte sea innecesaria para proteger la vida de otras personas. En el mundo - La pena de muerte se aplica todavía en varios países, pero los que más ejecuciones realizan son China, Irán, Arabia Saudí, Irak y Pakistán, según Amnistía Internacional. - De acuerdo con la misma organización, durante 2017 se emitieron 2.591 condenas de muerte en 53 países. Se ha confirmado que en 23 de ellos se concretaron al menos 993 ejecuciones. En América, el único país que aplicó la pena capital en 2017 es Estados Unidos.