El presidente del PJ ha recorrido Arequipa y Cusco inaugurando despachos anticorrupción especializados en enfrentar la corrupción de forma descentralizada.,En sus discursos Rodríguez ha sido muy enfático, dar batalla a este flagelo desde la familia. En esta entrevista habla de los desafíos de la justicia frente al caso Lava Jato. También se pronuncia sobre la situación política del país, sometido a una nueva tormenta con el pedido de vacancia presidencial. Respeta la decisión del Congreso pero desearía algo de calma para que el Perú siga caminando. ¿En qué condiciones se encuentra el sistema judicial para afrontar el caso Lava Jato, un reto semejante al año 2000 cuando cayó la dictadura fujimorista y se destapó una suerte de corrupción generalizada? No tengo ningún temor en afirmar que el sistema de justicia en el Perú está en buenas condiciones. No hay intervención política. Los jueces y fiscales gozan de independencia. Pero tampoco todas las condiciones son ideales. Tenemos ciertas limitaciones en infraestructura, personal y mecanismos de investigación. Sobre todo por el lado de la Fiscalía, no se tiene el número suficiente de peritos que son los que pueden hacer el seguimiento de las rutas del dinero de la corrupción. PUEDES VER: Duberlí Rodríguez: presidente del Poder Judicial denuncia amenazas de muerte Sin embargo, la población no tiene la misma percepción. Una reciente encuesta revela que la aprobación del Poder Judicial ha caído en 10 puntos... Le voy a decir cuál es la causa de esa caída. Habíamos llegado al 31% de aprobación, algo muy alentador para mi gestión. Pero la sentencia de una sala de Ayacucho, que absolvió a una persona sobre un presunto delito de tentativa de feminicidio, respecto a la señorita Arlette Contreras, generó una suerte de convulsión; hizo aparecer como que el Poder Judicial protege la impunidad. El mensaje ha caído mal a la ciudadanía. Creo que cuando superemos ese tema volveremos a una línea ascendente porque no se puede ser evaluado solo por una sentencia, sino en su integridad. Si bien es cierto los fallos de los jueces se respetan, ¿cuál es su apreciación sobre estas decisiones de los magistrados? Las decisiones de los jueces se respetan de manera irrestricta porque eso es propio de una democracia. No voy a decir que respaldo o no la sentencia, pero se tiene que respetar. Así haya personas en desacuerdo, como la parte agraviada, y que tiene los mecanismos legales para apelar. Además lo que diga la Sala de Apelaciones también se debe respetar, porque o confirma la sentencia absolutoria o la anula para que se haga otro juicio. Que quede claro, quienes administran justicia en el Perú no son las encuestas sino los jueces; ellos valoran las pruebas y califican los hechos, no es la ciudadanía, cuya opinión es respetable. Queda una desazón y un mal mensaje para las mujeres... Ya les dije, hay resoluciones populares e impopulares, pero las decisiones de los jueces no están supeditadas a la popularidad. También habría que preguntar cómo ha sido recibida esa sentencia en Ayacucho y la apreciación es diferente. ¿Aún cuando estamos en tiempos de lucha contra la violencia a la mujer? En un año se han emitido 113 sentencias condenatorias por el delito de feminicidio. Entonces, por un solo fallo no me van a descalificar al Poder Judicial (…) Como Corte Suprema tenemos una Comisión de Justicia de Género que trata de desarrollar dentro de la judicatura la impartición de justicia con enfoque de género para que no haya ese prejuicio que el juez varón está orientado a favorecer a los varones y a darle la contra a las mujeres, eso se corrige. Por otro lado, hay un tema de cultura machista que predomina en nuestro país, no es invento del Poder Judicial, viene a lo largo de la historia. Si queremos cambiarlo tenemos que afrontar una batalla de largo aliento que empieza en la propia familia. Volvamos a la corrupción. Algunos analistas señalan que si el caso Lava Jato no se hubiera destapado en Brasil, en el Perú ni nos hubiéramos dado por enterados. Eso que usted dice es posible. Si en Brasil no hubiera habido una investigación exhaustiva, donde todo empezó con un cambista que luego comenzó a tener bienes (...) y encontraron que estaba Petrobras, luego Lava Jato, en buena hora que se destapó y así como en Brasil hubo castigos ejemplares, así en el Perú que se impongan los castigos que correspondan. Pero la autocrítica es que los sistemas de control en el Perú fallaron y no detectaron la corrupción. Efectivamente. Hay responsabilidades compartidas. Nosotros no podemos hacer el gran bonetón o que yo le eche la culpa al Ministerio Público y este a la Policía y así sucesivamente. Tenemos que hacer un trabajo articulado, así habrá eficiencia y no impunidad. Pero también lo digo una vez más: quien lleva adelante las investigaciones y el dueño del proceso es el Ministerio Público, el juez es juzgador. Si la Fiscalía no hace un buen trabajo, entonces lamentablemente después habrán absoluciones y eso podría enviar un mensaje de impunidad. Espero que eso no ocurra. Procesar a gente tan poderosa es todo un reto. Los jueces están emitiendo resoluciones que son cuestionadas, como en el caso de Humala, cuya prisión se ha calificado de injusta y que con la misma vara no se mide a otros expresidentes o excandidatos. No puede haber privilegios. Aquí nadie tiene corona. La persona que tiene poder económico o político debe ser igualmente castigada como las personas de mando medio, pero la investigación depende del Ministerio Público. El Poder Judicial no actúa de oficio. Nosotros no escogemos a quienes vamos a investigar ni somos los que dictamos las prisiones preventivas o medidas cautelares de oficio, siempre son solicitadas por el Ministerio Público. Le pido a la ciudadanía que tenga paciencia y fe que esto va, al final de cuentas, a esclarecerse. Pienso que el Ministerio Público ahora ha tomado algunas medidas y en adelante seguirá con otras, de tal manera que nadie está vacunado contra una investigación. Se critican algunas decisiones, son válidas, pero no puedo decir si las comparto o no porque sería interferir en la labor de los jueces. En la lucha contra la corrupción y la delincuencia se plantea agravar las sanciones penales, sin embargo, usted ha señalado que eso no va a cambiar nada. No he dicho que eso no sirve, sino que esa no es la herramienta principal. A cualquier forma de delincuencia, incluida la corrupción, el arma fundamental no es el castigo, es la prevención y esta tiene que ver con la educación. Por eso hemos incorporado al Ministerio de Educación al seno de la Comisión Anticorrupción. Si vamos a decir que incrementaremos las condenas o se va a imponer pena de muerte, eso manda un mensaje falso sobre eficiencia del sistema. Se genera una falsa ilusión, que el código penal resolverá los problemas sociales y no es verdad. Al Poder Judicial le corresponde actuar cuando ya se produjo el hecho, el tema es cómo evitarlo. Una política criminal eficaz está orientada a disminuir el delito a límites tolerables. ¿Hemos llegado al sótano en moralidad? (Indignado) Estoy altamente preocupado. No son solo las personas que han incurrido en corrupción, sino que la misma sociedad la tolera y eso desanima, desmoraliza. Qué es eso de "está bien que robe, pero que haga obras". La propia ciudadanía da carta blanca a los delincuentes políticos y eso no es aceptable. Ninguna persona debe robar, está obligada a trabajar porque para eso le pagan. Pero si esa tolerancia viene de la misma sociedad será difícil... La batalla arranca en la familia. La educación no es solo poner un cartelito "No seas corrupto"; el ejemplo que dan los padres a sus hijos es fundamental, igual que el de nuestros gobernantes. Usted recibió amenazas de muerte, lo que delata la penetración de un país informal compuesto por extorsionadores y traficantes. ¿Esa situación se vuelve cada día más incontrolable? El incremento del crimen organizado ya no solo está en el narcotráfico, la corrupción y tráfico de tierras; penetró en todas las esferas de la sociedad y eso es bastante preocupante. En ese contexto de tráfico de tierras en Lambayeque, donde me he criado y es mi segunda tierra, conozco perfectamente bien el tema de Chaparrí. A mí sí me duele que traficantes de tierras estén intentado destruir una reserva ecológica. Por haber puesto en agenda ese tema, he recibido amenazas. No es que diga que no tengo temor, nadie es Superman, no es que tengo una coraza y no me va a caer ninguna bala. La persona que te pone la puntería a veces ataca a la familia, he pedido garantías y el Ministerio del Interior ya me las ha otorgado. También he pedido que se le dé garantías a los comuneros que sufren las amenazas. A algunos los han matado. En Chaparrí han matado a un gobernador y todos los días hay incendios provocados por los traficantes de tierras. ¿Qué espera sobre este tema? Espero que la Policía identifique a los autores de estas mafias criminales y en un futuro se haga un megaoperativo. No podemos permitir que el Estado sea derrotado por la delincuencia porque si es así, entonces habría que pedirle protección a los delincuentes y ya no al Estado. La situación institucional del país ha sido afectada por la corrupción, vivimos una situación precaria e inestable por ello. Sobre todo por lo de la vacancia presidencial, eso desestabiliza, genera un ambiente no propicio para las inversiones privadas y extranjeras y la misma inversión nacional. En el norte, el año pasado el Gobierno destinó 20 mil millones de soles para la reconstrucción y no se ha invertido ni siquiera mil millones. Las propias autoridades tienen mucho temor a hacer obras. Temen que los acusen de corruptos y entonces hacen lo más fácil: no hacen nada. Espero que esta incertidumbre política que hay actualmente en el Perú sea prontamente resuelta a fin de que haya estabilidad y dentro de ese clima se mejoren las inversiones. Entonces, ¿no se debe vacar al presidente? No, yo no digo nada de eso. Lo que digo es no debe haber tormentas políticas a cada rato. Respeto las atribuciones del Congreso de la República. No voy a interferir en sus atribuciones, como tampoco permitiría que se pongan a administrar justicia. Respeto cuando los congresistas dicen "ese juez ha dado una sentencia equivocada", es su derecho a la crítica, pero de allí a que me pongan las audiencias, eso no. Yo tampoco soy parlamentario, entonces tengo que respetar sus funciones. Sí desearía que se ponga calma a fin que el Perú siga caminando. ,