Las tijeras es una de las poses más conocidas en el kamasutra lésbico. Es una posición que permite a ambas mujeres chocar sus genitales y lograr un roce directo en el clítoris, por lo que el llegar al orgasmo resulta sencillo para quienes la practican. Por ello, con ayuda de la psicoterapeuta y especialista en sexualidad Fabiola Goytizolo Anton, te ofrecemos algunos consejos para efectuarla.
Según la experta, para llevar a cabo esta postura una debe acostarse con las piernas separadas —de preferencia con una estirada y la otra recogida para que pueda facilitarle apoyo al movimiento— y la otra persona que va encima coloca una en medio de las de su pareja, quedando con una forma ligeramente cruzada.
"La persona de arriba puede mantenerse horizontal apoyándose en los brazos para ejercer el movimiento de frote clitorial o puede apoyarse sobre sus rodillas y ejercer el movimiento que es básicamente de frotación entre ambos clítoris", manifestó Goytizolo Anton.
Pose de las tijeras. Foto: Enfemenino
La especialista señaló que, si existe un buen acomodamiento, esta postura puede ser muy placentera para ambos clítoris y, por ende, será fácil llegar a un orgasmo, por lo que solo es cuestión de que cada una aplique el ritmo y movimiento de su preferencia para alcanzarlo. Además, se puede intensificar la estimulación con el tocamiento de los pechos.
"Para lograr un mejor contacto entre ambas vulvas, pueden usar una almohada pequeña debajo de los glúteos de la persona que va recostada. El objetivo de esta postura es la estimulación clitorial de ambas partes, el ritmo y movimiento se facilita con la lubricación y el movimiento pélvico", recomendó la psicoterapeuta.
Finalmente, la experta también indicó que se pueden crear variaciones con esta pose, como sentarse ambas frente a frente con las piernas cruzadas, apoyándose con una mano en la cama para dar el movimiento y la otra tomando de la espalda a la pareja; de esta forma, se generará otro tipo de balance del cuerpo.
"Si la postura se realiza plenamente de modo horizontal, hay probabilidad que pueda lastimarse el hueso pélvico (base de sacro). Por ello, es recomendable ajustar la postura de acuerdo a la fisionomía de la pareja, sería como encajar un rompecabezas sin mucha presión y más sensación de resbalamiento", aconsejó Goytizolo.
La especialista precisó que es importante no simplificar a que esta pose, que se da entre dos mujeres, puede practicarse con otras personas que poseen vulva, pero no se identifican como mujeres o lesbianas.
Es decir, con orientación bisexual o heterosexuales que mantienen encuentros esporádicos con otras personas con vulva, así como las personas no binarias.
Finalmente, se puede aplicar de la misma forma en parejas heterosexuales, tanto con el hombre recostado y la mujer encima o viceversa. Como toda pose, es moldeable a las capacidades e imaginación de cada individuo.