La desigualdad de género también existe en la forma en la que tenemos sexo. Por mucho tiempo, debido a la sociedad machista en que vivimos, la sexualidad se ha creado en torno al placer de los hombres. Esto ha ocasionado que las mujeres nos acostumbremos a fingir el clímax y no a tenerlos de verdad, lo que ha creado la brecha orgásmica.
En el 2017, un estudio realizado por la marca de condones Durex en Holanda y Bélgica mostró la diferencia entre los orgasmos que obtienen los hombres y las mujeres. Este reportó que el 75% de ellos siempre obtenía el punto más alto, frente al 28% de ellas. Es decir, tres de cada cuatro mujeres no siempre tienen orgasmos cuando mantienen relaciones sexuales, mientras que en el caso de los hombres la proporción se reduce a uno de cada cuatro.
Pero el género no es el único factor, sino también la orientación sexual. Un estudio publicado, en el 2018, en Archives of Sexual Behavior evidenció el porcentaje de orgasmos que alcanzaban las personas, según su orientación sexual, durante el sexo. En el primer puesto se encontraban los hombres heterosexuales, con un 95%, luego los gays con 89%, los varones bisexuales un 88%, las lesbianas con 86% y las mujeres bisexuales (66%). Y en el último lugar, las mujeres heterosexuales con un 65%.
Para entender más estas cifras y conocer las razones por las cuales surge esta brecha orgásmica, las sexólogas Eirelyn Gómez (@sexologaeirelyn) y Pierina Vergara (@lavergarasexologa) nos explican más del tema.
PUEDES VER: Soho: ¿Qué pasó con la revista para la que varias artistas peruanas eligieron desnudarse?
La brecha orgásmica hace referencia a la diferencia en números en los cuales las mujeres tienen menos orgasmos que los hombres.
"Es muy parecido, si lo ejemplificamos, a lo que es la brecha salarial entre hombres y mujeres, es decir, que los hombres tienen mejores salarios que las mujeres, pero si llevamos a un punto de vista sexual, estaríamos hablando de que los hombres tienen más placer y más orgasmos en los encuentros sexuales que sus parejas mujeres", comenta Eirelyn Gómez.
Como se mostró en el estudio de Archives of Sexual Behavior, las lesbianas obtienen un 20% más de orgasmos que las mujeres heterosexuales, por lo que la brecha orgásmica afecta en su mayoría a relaciones conformadas por personas cishetero, debido al coitocentrismo, la falta de educación sexual, autoconocimiento y comunicación.
"Esto pasa porque en relaciones de la comunidad LGTBIQ+ hay un background de información, cuestionamientos y disrupciones que facilitan la comunicación y el entendimiento del placer de la otra persona", comenta la sexóloga Vergara.
Las razones son varias, pero —según las sexólogas— básicamente se adentran en la cultura machista, que dentro de la sexualidad ha empujado a las personas a ser coitocentristas y falocentristas. Basta con ver el contenido que es consumido en el porno para saber que el coito es el protagonista y sinónimo del clímax; sin embargo, esa no la forma más fácil de obtener un orgasmo.
"Hay mucho desconocimiento todavía en la actualidad de la función que cumple el clítoris y otras partes del cuerpo y asocian penetración complace. Si hablamos de estudios, por lo menos un 60% de las mujeres necesitan de la estimulación del clítoris para alcanzar el orgasmo y hay un gran número de mujeres que no llega al orgasmo por penetración", comenta Gómez.
Asimismo, la sexóloga Eirelyn, menciona que esta cultura machista ha permitido vivir su sexualidad en plenitud a los hombres más que a las mujeres. "Se ha naturalizado más la masturbación en el hombre, incluso que ellos puedan tener contenido y acceso a lo erótico, pero a la mujer no", añade.
En la misma línea, como hay menos censura de la sexualidad masculina que la femenina, Pierina Vergara comenta que hay poca investigación sobre el orgasmo en personas con vulva y sus órganos sexuales versus la cantidad de información e investigación desmesurada sobre el placer, orgasmo y fisonomía de personas con pene.
Para ambas sexólogas, el desconocimiento del clítoris es una de las más grandes razones por las cuales existe esta brecha, ya que basta con ver que, hace menos de 30 años, la uróloga Helen O’Connell recién describió todos los elementos de la anatomía completa del clítoris, por lo que la difusión de este órgano dedicado exclusivamente todavía está en camino.
"Otra de las causas es el miedo a la mujer de verbalizar lo que siente. Muchas mujeres son anorgásmicas o no tienen orgasmos con sus parejas porque no les dicen (que no los tienen) para no hacerlos sentir mal o para que ellos no desvaliden sus sentimientos. Por eso es que también las mujeres fingen orgasmos, porque, a veces, las parejas no entienden que las mujeres es más complicado, por ello fingen para que el encuentro termine rápido, ya que no están disfrutando de la penetración", afirma Eirelyn.
Educación sexual para que las mujeres conozcan su cuerpo e identifiquen que les da placer y puedan guiar a sus parejas, además de una inclusión de educación sexual en el nivel educativo, tanto en universidades como en centros de salud.
"Yo considero, como sexóloga, que en el sector salud no se le da protagonismo al orgasmo. Por ejemplo, se está haciendo un diagnóstico médico. Lo ideal sería es preguntarle a las pacientes si tienen orgasmos o no, pero generalmente el ginecólogo no aborda ese tipo de área y tampoco remite al sexólogo, entonces es priorizar el orgasmo como parte de la salud sexual. Desde mí desde mi perspectiva ese sería la solución", argumenta Gómez.
"Estamos en un momento en que se están logrando (gracias a la lucha feminista) la reivindicación de derechos, desde ese lugar, todas las personas con vulva podemos acceder a información, buscar ayuda, autoexplorarnos, comunicarnos y alzar la voz para hacer respetar nuestro placer", finaliza Vergara