A raíz de la aparición de distintos virus en la pandemia, la chikungunya es otra más a tener en cuenta. Si bien esta enfermedad presenta similitudes con el dengue y el zika —que estamos acostumbrados a escuchar—, la presencia del chikungunya es notable y no solo en América Latina, sino también en más de 110 países. Conoce cómo se transmite y qué medidas puedes tomar ante una posible infección.
El virus chikungunya fue descrito en 1952 en la República Unida de Tanzanía y, luego, se propagó en África y Asia. Los primeros brotes se registraron en Tailandia e India en 1967. Desde el 2004, el aumento de contagios por el virus ha sido frecuente y extenso.
Se transmite por mosquitos que radican en África, Asia y América. Es muy similar al dengue o el zika y, por ello, los diagnósticos pueden ser, fácilmente, erróneos.
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El virus de chikungunya suele comenzar entre cuatro y ocho días después de la picadura. Uno de los padecimientos comunes es la aparición de fiebre, junto a fuertes dolores e inflamación de articulaciones, dolores musculares, náuseas, cansancio y erupciones cutáneas.
El chikungunya puede ocasionar complicaciones cardíacas o neurológicas, que dependerán del estado del paciente. Foto: Prensa Latina
Hasta la fecha, no existe ningún antivírico específico para tratar las infecciones por el virus. Sin embargo, se recomienda utilizar fármacos como el paracetamol o antieméticos para aliviar el dolor y bajar la fiebre. Las vacunas se encuentran en desarrollo (desde diciembre 2022) y ninguna ha sido autorizada para comercializarla.
A través de la Iniciativa Mundial sobre Arbovirus, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda lo siguiente para ayudar a combatir a la chikungunya: