El debate de la confianza del gabinete Aráoz, de cara a los ciudadanos.,El gabinete presidido por Mercedes Aráoz asistirá al Congreso de la República esta semana para exponer la política general del gobierno y recabar el voto de confianza, de acuerdo al mandato de la Constitución. Será la presentación del segundo gabinete del actual gobierno, un trámite menos agitado respecto de las administraciones de Toledo y Humala, que designaron sus segundos gabinetes al décimo y quinto mes de gobierno, respectivamente. Es muy probable que el gabinete Aráoz tenga pocas dificultades para obtener la confianza del Parlamento, especialmente de la mayoría fujimorista. El clima de tensiones respecto del momento del rechazo a la confianza al gabinete Zavala hace un mes se ha disipado luego de la designación de un equipo de gobierno en el que es visible que el presidente Kuczynski ha bajado los brazos, esencialmente en los sectores Educación, Justicia y Salud, cuyos nuevos titulares son celebrados por Fuerza Popular y su aliado el Apra. Quedan algunos temas pendientes que motivan los disfuerzos del fujimorismo, que amaga a condicionar el voto de confianza a la aceptación de PPK de la convocatoria de la comisión Lava Jato. Por ahora, son fuegos artificiales que pretenden dar la impresión de que el fujimorismo será duro con el nuevo equipo de gobierno. Estos escarceos no deberían distraer los temas de fondo que deberían estar presentes en el debate de la investidura. El primero de ellos se refiere a la naturaleza del cambio, es decir, en qué medida este nuevo equipo de gobierno implica un traslado de prioridades respecto de las ofertas electorales del candidato PPK y del primer “trazado de cancha” de su mensaje a la Nación del año pasado. Y es evidente que los cambios se han llevado a cabo. El nuevo gabinete resume un abandono de contenidos de la primera etapa del gobierno y la decisión de no insistir en las propuestas de reforma. Fuera de los asuntos vinculados a la formalización no se esperan promesas de grandes realizaciones. Quizás se reiteren algunos objetivos de política social respecto al agua y la llamada Reconstrucción con Cambios, todo ello en medio de algunas sorpresas desagradables como el incremento de la anemia durante el primer año de este gobierno, a pesar de lo cual, inexplicablemente, el nuevo ministro de Salud ha ratificado al equipo que ha fracasado en esa tarea. Uno y otro sector en este debate institucional no deberían olvidar la razón de este nuevo gabinete, designado luego del desgaste acelerado del gabinete Zavala a raíz de la huelga de los maestros y de la estrategia hostil de Fuerza Popular. En medio de esta disputa siempre estuvieron presentes las expectativas sociales y regionales que fueron abordadas en la campaña electoral por los grupos que gobiernan ahora el Ejecutivo y el Congreso. En la discusión de la investidura del nuevo gabinete, estas promesas deberían de ser recuperadas y honradas más allá del jaloneo entre el gobierno y la oposición. Esperamos un debate sano, ordenado y de cara a los ciudadanos.