Pensaba sobre qué escribir esta semana cuando me topé con un video que recorre las redes sociales y tiene ya más de 104 mil reproducciones. Son las imágenes del emocionado discurso de Juan Requesens, hasta hace poco parlamentario venezolano, ante la que era la Asamblea Nacional legalmente elegida y que ha sido reemplazada por Maduro en unas elecciones fraudulentas. El poderoso mensaje de este joven político de solo 28 años estremece porque transmite esa fuerza que provoca luchar por una causa, por libertad, por justicia, por no vivir sometido al abuso y la corrupción. Los que vivimos en el Perú de los noventas sabemos lo que se siente vivir bajo la opresión de una dictadura.“Yo sí me voy al frente y me voy al frente porque creo que esta vocación que tenemos nosotros vale más que la vida, yo lucho allí al frente con los muchachos de la resistencia, con los padres, con las madres, con todos porque creo que este país vale la pena. Yo lucho al frente porque creo que nosotros podemos vivir en una Venezuela mejor. Cada vez que cae un compañero herido, cada vez que asesinan a un hermano, porque todos esos muchachos que están allí son hermanos míos también, no queda sino secarse las lágrimas y seguirle dando. Yo marcho cada día con la convicción de que nosotros vamos a sacar a esta dictadura”, dice Requesens en medio de aplausos.Escucharlo me hace rememorar aquellos años de lucha de jóvenes valientes, sobre todo los del sur del país que impulsaron las protestas –entrevisté a varios de ellos– contra el regimen envilecido de Fujimori. A los periodistas que se fajaron, a los pocos empresarios y autoridades que se enfrentaron sin miedo al poder corrupto, entre ellos algunos políticos que hoy se someten a vergonzosas alianzas para reinstaurar las prácticas antidemocráticas del fujimorismo. Miremos a Venezuela para denunciar a un gobierno corrupto y solidarizarnos con un pueblo que lucha por justicia. Miremos a Venezuela también para no olvidar lo que vivimos y no permitir que vuelvan los noventa con su impunidad, corrupción y abuso.