En América Latina, el poder económico de ciertas figuras femeninas sobresalió por su capacidad para manejar enormes fortunas y mantener discreción sobre sus vidas personales. Estas empresarias heredaron imperios familiares que abarcan sectores tan variados como la minería y la banca, logrando expandir sus activos a nivel mundial. A pesar de su enorme riqueza, su enfoque ha sido mantenerse alejadas de los reflectores mediáticos, permitiendo que sus acciones empresariales hablen por ellas.
El control sobre conglomerados internacionales y la diversificación de inversiones les permitió conservar y aumentar sus patrimonios. Desde la minería hasta importantes adquisiciones inmobiliarias en grandes ciudades del mundo, estas mujeres muestran una gestión empresarial eficiente, consolidando sus posiciones entre las personas más influyentes de América Latina. Además, combinaron su éxito financiero con acciones filantrópicas que refuerzan su impacto en la sociedad.
Desde la minería hasta importantes adquisiciones inmobiliarias en grandes ciudades del mundo. Foto: The Clinic.
Iris Fontbona, con una fortuna estimada en 25.700 millones de dólares, se consolidó su lugar como la mujer más rica de América Latina. Su imperio abarca múltiples sectores, desde la minería hasta el sector financiero, con una presencia global a través de Antofagasta PLC. Pese a su perfil reservado, Fontbona ha sido reconocida por su papel filantrópico, destacando su apoyo a causas benéficas como la Teletón de Chile.
Por su parte, Vicky Safra, con una fortuna de 20.600 millones de dólares, heredó el legado bancario de su esposo Joseph Safra, uno de los banqueros más importantes del mundo. La expansión de su fortuna ha incluido propiedades emblemáticas como el Gherkin en Londres y un complejo en Madison Avenue. Con un enfoque estratégico y filantrópico, Safra ha consolidado su posición como la persona más rica de Brasil.
Estas empresarias heredaron imperios familiares que abarcan sectores tan variados como la minería y la banca. Foto: Ámbito.
Iris Fontbona es viuda de Andrónico Luksic, fundador del Grupo Luksic, un conglomerado que abarca desde la minería hasta las finanzas y las bebidas. El principal activo del grupo es Antofagasta PLC, una de las mayores productoras de cobre en el mundo. Además de su papel en la minería, la familia controla compañías en sectores clave como la energía y la banca, destacando su participación en Banco de Chile y CCU.
Iris Fontbona es viuda de Andrónico Luksic, fundador del Grupo Luksic, un conglomerado que abarca desde la minería hasta las finanzas y las bebidas. Foto: Forbes.
De acuerdo a Forbes, su fortuna asciende a 25.700 millones de dólares, lo que la ha consolidado como la persona más rica de América Latina. Aunque mantiene un perfil público reservado, Fontbona ha tenido una participación significativa en causas filantrópicas, como la Teletón en Chile, donde ha realizado donaciones sustanciales. Su capacidad para mantener el crecimiento del imperio familiar y gestionar sus activos internacionales.
Iris Fontbona, junto a sus hijos, ha mantenido el liderazgo de un imperio que continúa generando impacto en la economía global, con inversiones importantes en bienes raíces, finanzas y minería a nivel internacional.
Vicky Safra es la viuda de Joseph Safra, el banquero más rico del mundo antes de su fallecimiento en 2020. Nacida en Grecia, Vicky forma parte de la destacada familia Safra, cuyo legado financiero comenzó en Siria en 1840. Con la muerte de su esposo, heredó la gestión de un vasto imperio bancario que incluye el Banco Safra de Brasil y el J. Safra Sarasin en Suiza, además de una cartera de bienes raíces de alto valor.
Vicky Safra es la viuda de Joseph Safra, el banquero más rico del mundo antes de su fallecimiento en 2020. Foto: Ámbito.
La fortuna de Vicky Safra, estimada en 20.600 millones de dólares, según Forbes, no solo proviene de la banca, sino también de inversiones inmobiliarias estratégicas en ciudades clave, como el emblemático rascacielos Gherkin en Londres y un complejo en Madison Avenue en Nueva York. Esta combinación de activos sólidos y su capacidad para gestionar el imperio familiar la han catapultado como la mujer más rica de Brasil y América Latina.
A pesar de su enorme fortuna, Safra ha mantenido un perfil discreto, enfocándose en la filantropía y gestionando los activos con la ayuda de sus hijos. Su legado se basa en la diversificación empresarial y la consolidación de la banca global, convirtiéndose en una de las figuras más influyentes de la región.