Cientos de israelíes se congregaron este domingo en Tel Aviv con velas, rezos y música, en la víspera del primer aniversario del sangriento ataque del movimiento islamista palestino Hamás en Israel el 7 de octubre, que desencadenó la guerra en Gaza.
La ceremonia se organizó en una sala de conciertos en homenaje a las víctimas del festival de música Nova, una cita a la que participaron cerca de 3.000 personas a unos kilómetros de la Franja de Gaza.
Combatientes de Hamás atacaron el lugar el 7 de octubre de 2023 y mataron al menos 370 personas durante el asalto, según datos oficiales israelíes.
Las fotos de las víctimas fueron proyectadas en una pantalla mientras que los participantes prendías velas, escribían mensajes o se abrazaban en silencio.
"Venir a este acto un año después de esta terrible masacre que ocurrió el 7 de octubre, es muy conmovedor, es muy sobrecogedor", afirmó Solly Laniado, uno de los organizadores del evento.
"Hace tres días, no pensábamos ni organizar el evento", añadió, en referencia a las advertencias sobre el lanzamiento de cohetes desde Líbano y al ataque iraní del martes.
Además de la guerra con Hamás en Gaza, Israel lanzó este mes una campaña de mortíferos bombardeos contra los bastiones del movimiento islamista Hezbolá en Líbano.
También se enfrentó esta semana a un ataque de Irán, que lanzó unos 200 misiles contra territorio israelí en respuesta a las muertes del jefe del Hezbolá libanés, Hasán Nasralá, en Beirut y del jefe de Hamás, Ismail Haniyeh, en Teherán.
"Es un día difícil", afirmó Omri Sasi, de 35 años y uno de los productores del festival Nova que sobrevivió al ataque. Ese día, cuenta, perdió cerca de 50 amigos, incluido un tío, una prima embarazada y su marido.
El festival, de dos días, se celebró en los campos de los alrededores del kibutz Reim, en el desierto del Néguev, en el sur de Israel.
Imágenes grabadas por los propios milicianos de Hamás mostraron cómo los combatientes dispararon contra la multitud que trataba de huir y cómo algunos de ellos eran capturados.
Tras el ataque, el lugar quedó prácticamente intacto, con decenas de vehículos calcinados y tiendas de campaña abandonadas, sacos de dormir y ropa esparcidos por el campo.
El 7 de octubre, comandos de Hamás infiltrados desde Gaza entraron en el sur de Israel, utilizando explosivos y excavadoras para cruzar la barrera que separa el territorio palestino de Israel, matando indiscriminadamente en kibutz, bases militares y en el lugar donde se celebraba Nova.
El ataque dejó 1.205 muertos, en su mayoría civiles, según un recuento de AFP basado en cifras oficiales israelíes. Los islamistas también capturaron ese día a 251 personas, de las cuales 97 siguen cautivas en Gaza y 37 de ellas habrían muerto, según el ejército.
En las horas siguientes, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, declaró que Israel estaba "en guerra" y que el objetivo era destruir a Hamás, en el poder en Gaza desde 2007.
Desde entonces, amplias partes de la Franja quedaron reducidas a escombros y la casi totalidad de sus 2,4 millones de habitantes se ha visto desplazada.
La ofensiva israelí en la Franja ha causado por el momento 41.870 muertos, según las últimas cifras del Ministerio de Salud del territorio palestino, cuyos datos son considerados fiables por la ONU.