En la década del 70, Estados Unidos sufría una crisis política, social y económica sin precedentes, pero un hecho que alarmó a las autoridades de aquel entonces fue el secuestro de Patricia Hearts, una joven millonaria, a manos de una organización terrorista conocida como el Ejército Simbionés de Liberación (SLA).
El 4 de febrero de 1974, la vida de Patty cambió para siempre. Tenía 19 años y era estudiante de la Universidad de Berkeley, en California, cuando una extraña mujer tocó el timbre de la casa de su novio. Quería hacer una llamada con suma urgencia.
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La joven y su pareja la dejaron pasar sin imaginar que junto a ella entrarían a la fuerza dos hombres armados con fusiles. Los terroristas del SLA abandonaron al muchacho tras golpearlo y se llevaron a la nieta del magnate periodista William Randolph Hearst y heredera de su imperio.
Patty Hearst en 1973 en Berkeley, un año antes de su secuestro. Foto: captura / Clarín
De inmediato, el acto criminal ocupó las primeras planas de los diarios estadounidenses y fue noticia en todo el mundo. Por su parte, el grupo terrorista no tardó en adjudicarse el secuestro. “Somos una entidad armónica surgida de entidades y organismos capaces de vivir en profunda y amorosa armonía (…)”, explicaba.
El SLA también se había atribuido el asesinato de Marcus Foster, el superintendente del distrito escolar de la ciudad de Oakland, en noviembre de 1973. Le dispararon ocho veces, con la característica especial de que las balas habían sido adulteradas con cianuro.
No tardó mucho para que el grupo terrorista revele sus verdaderas intenciones. Ellos querían canjear a la joven por dos militantes que estaban presos por el asesinato de Foster. Sin embargo, las autoridades decidieron rechazar semejante chantaje.
El caso se volvió tan mediático que el líder del grupo terrorista aprovechó para exigir a la familia de Patty que entregara comida a los sectores pobres. No obstante, ellos querían pruebas de que su hija se encontraba aún con vida.
El secuestro de Patty Hearst fue portada de los principales diarios del mundo. Foto: a24
Los miembros del SLA mandaron una carta de la muchacha en la que daba fe de su existencia. Incluso, enviaron audios en los que la joven pedía a sus padres que cumplieran con las demandas de sus secuestradores.
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El padre de Patty, Randolph Apperson, hizo caso y entregó cerca de 2 millones de dólares en alimentos para los barrios sacudidos por la pobreza de la bahía de San Francisco.
Sin embargo, el grupo SLA se salió con la suya y rechazó liberar a su rehén bajo la excusa de que “la calidad de lo entregado era escasa”. La distribución de esos alimentos estuvo dentro de un programa llamado Personas necesitadas.
La entrega fue caótica, acabó con muchos incidentes y varios camiones fueron saqueados. Todo eso fue la excusa perfecta que los secuestradores utilizaron para cortar comunicación con la familia de Patty.
Patty Hearst, convertida en Tania, una guerrillera del SLA. Foto: FBI
Luego de sufrir abusos sexuales y maltratos físicos por al menos dos meses, Patty sorprendió a todos al revelar mediante un audio que se había unido al Ejército Simbiones y que su nuevo nombre sería ‘Tania’. Más adelante se supo que durante el secuestro estuvo encerrada en un armario durante 57 días.
Ella pasó de ser una víctima a convertirse en el tormento del FBI, cuando las cámaras de seguridad del banco Hibernia, en San Francisco, la captaron sosteniendo un fusil entre sus manos. El SLA estaban perpetrando un asalto, que dejó dos empleados heridos y el robo de 20.000 dólares.
Cámaras de seguridad captaron a Patty Hearst con un fusil entre sus manos durante el robo a un banco. Foto: FBI
Durante otro episodio delictivo, la Policía pudo seguirlos y los esperaron en la casa que usaban de guarida. Ahí se desató un tiroteo que duró horas y terminó con el incendio del lugar, además de que seis personas murieron.
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Ella juró vengarse por sus compañeros y reveló su amor por el líder del grupo terrorista. “El más gentil y hermoso hombre que alguna vez conocí. Nunca ni Cujo (así lo llamaba) ni yo habíamos amado de una manera tan verdadera e intensa como esa. Nuestro amor también fue un compromiso de lucha por nuestro pueblo”, confesó.
En 1975, Patty o ‘Tania’ fue detenida por el FBI luego de varios meses de haberse dado a la fuga y cometer robos pequeños. Sus padres contrataron abogados que la defendieron bajo el argumento que la joven había sufrido un lavado de cerebro, cosa que no funcionó.
Casi 2 meses después de su secuestro, Patty aseguró que se había unido al SLA y que se había enamorado del líder. Foto: FBI
La siguiente estrategia fue explicar que sufrió del síndrome de Estocolmo, una reacción psicológica ante la privación de la libertad en la que la víctima desarrolla un vínculo afectivo por el secuestrador, lo que en aquella época era poco conocido.
Su condena fue de 35 años de prisión. Sin embargo, el presidente Jimmy Carter (sucesor de Richard Nixon) redujo su pena a 22 meses.
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Años después de su liberación se casó con uno de sus guardaespaldas y tuvo dos hijos. Intentó limpiar su nombre haciendo obras benéficas en favor de niños con VIH y publicó algunos libros de memorias.
Además, probó suerte en el cine alternativo, participó en diversas películas como “Cry baby” (1990), “Serial mom” (1994) y “Pecker” (1998), aunque las críticas no le favorecieron. A sus 68 años, Patty mantiene su vida en privado y lejos de los medios de comunicación.
Patty junto a su esposo en el año 2000. Foto: a24