México: le entregaron cadáver de otra persona y ahora hospital no sabe dónde está su esposo [VIDEO]
La familia del hombre, muerto por COVID-19, esperaba el cuerpo para despedirlo, pero el Hospital General les entregó un cadáver equivocado.
La familia de Ángel Dorado, un paciente que falleció por coronavirus, denunció que el cadáver del hombre de 52 años está desaparecido desde el 21 de abril, fecha en que murió en el Hospital General de México.
El occiso fue ingresado al nosocomio el pasado 17 de abril por presentar problemas renales. Sin embargo, ante la alta tasa de pacientes con COVID-19, terminó contagiado por el virus.
Desde la fecha, sus familiares no lo volvieron a ver debido a los protocolos de seguridad establecidos por las autoridades sanitarias para evitar más contagios por la pandemia.
Teresa Padrón Castillo, esposa de Ángel, contó al diario Milenio que contrató un servicio funerario, donde le dijeron que por medidas de seguridad no iba a poder ver el cadáver de su cónyuge ya que el ataúd estaría sellado.
Ángel fue ingresado al hospital por problemas renales, pero se contagio de COVID-19.
“El servicio que contraté me avisó que yo ya no iba a ver a mi esposo y que la caja iba a ser sellada, acepté, dije que estaba bien, pero yo quería cerciorarme que quien iba en la caja era mi esposo”, contó Teresa.
Durante la presentación de documentos, los trabajadores de la funeraria notaron que los datos del fallecido y los que les dieron no coincidían con el de Ángel. Ante las sospechas, la funeraria envío la foto del cuerpo a sus familiares y estos se cercioraron de que en efecto, no era Ángel Dorado.
PUEDES VER: “Bella Ciao” se oyó en los balcones italianos por aniversario 75 del fin del fascismo [VIDEO]
“Si no hubiera sido por esa funeraria, nos hubiéramos llevado otro cadáver”, reclamó José Contreras, compadre de Ángel. Los familiares exigen a los funcionarios sanitarios que entreguen el cuerpo de Dorado. Gerardo Resendiz, médico del hospital General pidió paciencia para aclarar lo sucedido, pues la confusión los “agarró desprevenidos”.
Los trabajadores de la funeraria notaron que los datos del fallecido no coincidían.
“El miércoles nos entregaron las cenizas de mi compadre, nos acreditaron que era él. Nos dimos por satisfechos y vimos que fue error haber cambiado los cuerpos”, indicó por su parte Contreras.
