Muere niña que atrajo atención del hambre en Yemen, en informe del NYT

Las imágenes de la pequeña Amal Hussain en The New York Times conmovieron a miles. Revelan el grave costo humano de la guerra liderada por los saudíes en Yemen. La ONU ya ha advertido del desastre a punto de multiplicarse.,La fotografía era contundente. La niña de 7 años tenía una mirada atormentada. Amal Hussain permanecía acostada en silencio en una cama de hospital en el norte de Yemen. Su cuerpo con las huellas del hambre, los huesos marcándole la piel, parecía resumir las terribles circunstancias de su país devastado por la guerra. PUEDES VER: ONU: 821 millones de personas pasan hambre en el mundo El retrato abrasador de la niña hambrienta fue publicado en The New York Times y atrajo una apasionada respuesta de los lectores. Muchos expresaron su angustia y ofrecieron dinero para su familia. Pero este jueves, la familia de Amal comunicó que había muerto en un campamento de refugiados a cuatro millas del hospital. "Mi corazón está roto", dijo su madre, Mariam Ali, quien lloró durante la entrevista telefónica al mismo diario. "Amal siempre estaba sonriendo. Ahora estoy preocupado por mis otros hijos ". Una guerra terrible The New York Times informó lo ocurrido indicando que este es el grave costo humano de la guerra liderada por los saudíes en Yemen, conflicto que ha saltado a la cima de la agenda global, mientras "la protesta por el asesinato del disidente saudí Jamal Khashoggi incita a los líderes occidentales a reexaminar su apoyo a la guerra". Recientemente, Estados Unidos y Gran Bretaña, los mayores proveedores de armas de Arabia Saudita, pidieron un alto el fuego en Yemen. El secretario de Defensa Jim Mattis dijo que debería entrar en vigencia dentro de 30 días. "Tenemos que avanzar hacia un esfuerzo de paz aquí, y no podemos decir que lo haremos en el futuro", dijo Mattis el martes. Imágenes de yemeníes desnutridos como Amal, uno de los 1,8 millones de niños gravemente desnutridos en Yemen, han puesto el rostro humano ante los temores de que una catástrofe provocada por el hombre podría azotar al país en los próximos meses. Las Naciones Unidas advierten que el número de yemeníes que dependen de raciones de emergencia, ocho millones, pronto podría aumentar a 14 millones. Eso es aproximadamente la mitad de la población de Yemen. Los trabajadores humanitarios y ahora los líderes políticos están pidiendo el cese de las hostilidades, así como medidas de emergencia para reactivar la golpeada economía de Yemen, donde el alza de los precios de los alimentos ha llevado a millones al borde del abismo. Violencia y hambre Periodistas de The New York Times, en un viaje a Yemen para ver el número de víctimas de la guerra, encontraron a Amal en un centro de salud en Aslam, a 90 millas al noroeste de la capital, Sana. Ella estaba acostada en una cama con su madre. Las enfermeras la alimentaban con leche cada dos horas, pero vomitaba regularmente y sufría diarrea. Mekkia Mahdi, la doctora a cargo, se sentó junto a su cama, acariciando su cabello. Tiró de la flaccida piel de los brazos de Amal. "Mira", dijo ella. "Sin carne. Sólo huesos". La madre de Amal también estaba enferma, recuperándose de un brote de dengue que probablemente había contraído a partir de mosquitos que se reproducen en el agua estancada en su campamento. Los ataques aéreos sauditas obligaron a la familia de Amal a huir de su hogar en las montañas hace tres años. La familia era originaria de Saada, una provincia en la frontera con Arabia Saudita que ha sufrido la peor parte de al menos 18,000 ataques aéreos liderados por los saudíes en Yemen desde 2015. Saada también es la patria de los rebeldes hutíes que controlan el norte de Yemen, y son vistos por el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman como próximo al rival Irán. La geopolítica de la guerra parecía distante, sin embargo, en las silenciosas salas del hambre en Aslam. No pudo salvarse Amal significa "esperanza" en árabe y algunos lectores expresaron su esperanza de que la imagen gráfica de su angustia podría ayudar a impulsar la atención en una guerra en la que decenas de miles de civiles han muerto a causa de la violencia, el hambre o la enfermedad. El año pasado, Yemen sufrió la mayor epidemia de cólera en los tiempos modernos, con más de un millón de casos. Amal fue dado de alta del hospital en Aslam la semana pasada, todavía enferma. Pero los médicos necesitaban hacer espacio para nuevos pacientes, dijo el Dr. Mahdi. "Tenemos muchos más casos como ella", dijo. La familia llevó a Amal a su casa, a una choza hecha de paja y láminas de plástico, en un campamento donde las agencias de socorro brindan ayuda, incluido el azúcar y el arroz. Pero no fue suficiente para salvar a Amal. Su condición se deterioró, dijo su madre. El 26 de octubre, tres días después de ser dada de alta del hospital, murió.