A diario este camposanto, localizado en la parte alta de Paucarpata, celebra un promedio de cuatro a cinco sepulturas de difuntos que mueren a consecuencia del COVID-19. Es el fin de un calvario que arranca en los servicios hospitalarios del Honorio Delgado.
El paciente llega en mal estado con baja saturación y la infección avanzada. Necesita una cama en Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Como estas están copadas van la zona de alto flujo pero no resisten.
La mayoría recibe sepultura en el cementerio El Cebollar, donde un nicho de tierra cuesta S/900. El cortejo no es muy numeroso y actos funerarios también son breves para evitar el contagio por el nuevo coronavirus.
El retiro de los cuerpos del Hospital COVID-19 en Arequipa. Foto: Oswald Charca
Escenas cotidianas. Cuerpos en el área de Patología del Hospital COVID-19 en Arequipa. Foto: Oswald Charca
Ceremonias breves. Los deudos cumplen sumariamente el acto funerario . Solo depositan el féretro en un fosa y se retiran por temor a sufrir algún contagio. Foto: Oswald Charca