Texto y fotos: Luis Jiménez
En medio de una pandemia que incrementó el desempleo, la campaña navideña es la oportunidad ideal para ganar monedas vendiendo todo lo que pueda. Lo saben bien quienes acuden a los depósitos de venta mayorista en los alrededores del Mercado Central, pero sobre todo en la zona de Mesa Redonda. El problema es que este ajetreo se da cuando el virus aún está presente, y tiene en las aglomeraciones el espacio ideal para propagarse. Las autoridades debieron actuar antes.
El alcalde de Lima, Jorge Muñoz, tuvo ocho meses para anticiparse a este conflicto. Su reacción es tardía.
La cantidad de personas que se aglomera en las calles aledañas al Mercado Central incrementa las posibilidades de contagio de Covid.
El ‘queremos trabajar’ es el reclamo general, sobre todo de los más necesitados; aunque es verdad que no faltan quienes se aprovechan de ello.
Algunos compran regalos a mayoristas para revender en las veredas fuera de los depósitos. Otros se los llevan a sus negocios.
Llegada de policías para reforzar la labor de los agentes municipales resulta estéril. Por el contrario, genera grescas y más tumultos.