Deshabitado. Hace menos de un mes, el anexo de Barba Blanca, en Huarochirí, quedó bajo metros de lodo. Central hidroeléctrica Enel habría cerrado válvulas, lo que causó desborde.,Barba Blanca: un pueblo devastado por las aguas de un canal de reservorio,Barba Blanca: un pueblo devastado por las aguas de un canal de reservorio,Laura Francia y los lugareños de Barba Blanca se sentían inseguros en sus viviendas, cada vez que se avecinaba la lluvia. Se refugiaban en una loma que les permitía oír con asombro el estruendo del cielo. En ellos el temor era que, por efecto de las lluvias, el reservorio o 'taza' de la Central Hidroeléctrica Enel, se desbordara y sepulte al pueblo, ubicado en el distrito de Callahuanca, en Huarochirí. PUEDES VER: Barba Blanca, un pueblo sepultado por los huaicos [VIDEO] Este reservorio, localizado en el pico de una montaña, a 500 metros encima de Barba Blanca, tiene dos canales que le nacen como largos brazos y por donde sale el agua producto de las lluvias. Las torrenciales precipitaciones socavaron las rocas que revisten las montañas de Barba Blanca y estas cayeron en uno de los canales cercano al poblado. Pasó el tiempo y no hubo mantenimiento, hasta que llegó la torrencial lluvia del jueves 16 de marzo. Según los pobladores, los operarios de Enel dejaron sin uso el reservorio para que la infraestructura de la planta y la sala de máquinas no se dañen más. Esto ocasionó la conducción de las aguas de lluvia al canal obstaculizado. Y por sobreacumulación se desbordó desde los 500 metros en forma de avalancha negra que destruía todo a su paso, sepultando al poblado de Barba Blanca. “Aquel día llovía con rayos y truenos. A los pobladores nos daba temor y nos refugiamos en una de las lomas. Desde ahí, asombrados, vimos cómo una gran masa de lodo, salpicado de enormes piedras, discurría por la falda del cerro levantando polvo y destruyó nuestras viviendas”, recuerda con tristeza Laura Francia el fatídico jueves en que el desborde la dejó en la calle. Otro damnificado de Barba Blanca es Miguel Hinojosa, quien con mirada afligida observa cómo el grupo de voluntarios de ‘Todo suma’ retira con lampa el barro de su vivienda. Detrás de su hogar debería estar las tres casas de los familiares de su esposa Ana Pocco. Pero también han sido sepultadas en el lodazal tres metros abajo. Y por donde es peligroso caminar, sin que el barro llegue a las personas hasta la rodilla. En la superficie solo quedan los enseres sucios que Miguel rescató. Así como los techos de las viviendas sepultadas. “Prácticamente Barba Blanca es ahora un pueblo fantasma”, reflexiona Miguel sin salir del dolor, y señalando la montaña, continúa: “Por ese camino que abrió el lodo podría venirse otro huaico cuando la naturaleza lo disponga (...). El destino aquí es incierto”. Panorama desolador Las instituciones más afectadas son el colegio ‘Coronel Francisco Bolognesi Cervantes’ y el local de Servicios Múltiples. En el primero se observa barro que sellan las ventanas y puertas del colegio. Y en su parte posterior, se encuentra la figura de yeso de una Virgen sepultada hasta el cuello. Mientras que el local de servicios luce en abandono y antihigiénico. Aquí sirve de depósito para los artefactos eléctricos y camillas de la posta médica y hay bastante acumulación de basura por falta de servicios higiénicos. “Hay charcos en nuestras viviendas. Las cucarachas y mosquitos nos invaden. Y está saliendo el hedor de nuestros animales muertos. Necesitamos que fumiguen urgente”, manifestó preocupada Gloria Zevallos de la Cruz. La Central Hidroeléctrica Enel evalúa los daños sufridos por las lluvias y, por lo pronto, se encuentra fuera de funcionamiento sin fecha de reapertura. Responsabilizan a Enel de daños en Barba Blanca Las 28 familias de Barba Blanca ahora pernoctan en carpas y reciben alimentos en la localidad de Purunhuasi. “La población no desea ser reubicada. Sus abuelos han nacido y crecido acá (...). Por otro lado, estamos evaluando los daños para responsabilizar a Enel por su despreocupación en la limpieza del canal”, manifestó Daniel Lázaro, presidente de la Junta de Administración Local de Barba Blanca. Por su parte, los pobladores se sienten reconfortados cuando los visitan, pero cuando parten, recuerdan el drama que les tocó vivir en ese jueves nefasto. “Al ver que la lluvia crecía en intensidad, salimos con lo que teníamos puesto. Muchos hemos llegado empapados hasta la loma. Y así hemos estado hasta que llegó la ayuda”, recordó Sofía Abanto Urbina, pobladora.