Cálculo. Ahora ha optado por menos presencia pública. Otra de sus razones es evitar pasivos políticos de una eventual caída del ministro Vizcarra con votos de su bancada. Anuncio de Kuczynski de hacer cuestión de confianza genera nueva encrucijada en el fujimorismo.,Caso Ramírez y su inclusión en investigación de lavado de activos frenó a Keiko,Después de aparecer regalando víveres a los damnificados de las lluvias, la lideresa de la oposición, Keiko Fujimori, ha reducido su exposición ahora que la coyuntura política se presenta más difícil. Las investigaciones del Ministerio Público que tocan al fujimorismo y la posibilidad de una censura a Martín Vizcarra, vicepresidente y ministro de Transportes, la han motivado a hacer un aparente repliegue. El escándalo Lava Jato en nuestro país había dado una nueva oportunidad a Keiko Fujimori y Fuerza Popular para ganar espacio político, ante los cuestionamientos que afectan a los otros líderes. La estrategia, según pudo advertirse en los medios de comunicación, era asentar las ideas de que “Keiko es la única que no está involucrada” y que “sus opositores son falsos valores”. PUEDES VER: OAS habría ingresado dinero en efectivo al Perú hasta el 2016 “Estamos empezando a conocer una serie de denuncias de corrupción que involucran a las más altas autoridades de los últimos tres gobiernos de nuestro país... No se dejen confundir con psicosociales ni con maniobras distractoras de los involucrados”, dijo la misma Fujimori en enero, en su primer mensaje político del año en sus redes sociales. "En Fuerza Popular estamos comprometidos con la búsqueda de la verdad", agregó con el logo del partido. A la par, la lideresa avanzaría apareciendo en actividades sociales para resaltar una presunta distancia del gobierno respecto a los sectores populares. Los diluvios recientes dieron ocasión a la jefa del fujimorismo para desplegar esa táctica en varios poblados. "Si hubiésemos sido gobierno, hubiésemos podido traer mucho más”, destacó ella en Chiclayo, luego de entregar ayuda a los damnificados. El caso de Joaquín Ramírez frenó su avance al ser incluida como investigada por la Fiscalía. Según se conoció, Keiko Fujimori estaba con su familia en el balneario de Vichayito, en Piura, cuando le llegó la noticia. La lideresa, que vacacionaba después de haber entregado víveres a damnificados piuranos, hizo un alto para grabar su video en el que alega un cargamontón contra el fujimorismo, por las investigaciones que hace el Ministerio Público a ella y a sus hermanos, y por la ampliación de la extradición a su padre, pese a que esta fue decisión del Poder Judicial de Chile. "Cada día buscan revivir un refrito en contra del fujimorismo. ¿Para qué? Para tapar Odebrecht. ¿Por qué? Porque ya llegaron al señor Toledo y hay varios ex ministros involucrados", argumentó esta vez. Sus congresistas volvieron a las idea-fuerza de "no está involucrada en Lava Jato" y "los demás son falsos valores". “La única que tiene las manos limpias con el tema de corrupción de Odebrecht y los argumentos que dan los brasileños es Keiko Fujimori. Mendoza tiene las agendas, Kuczynski tiene que explicar qué pasó mientras fue premier, Toledo tiene orden de prisión, Alan García ha venido a responder y va a venir a responder las veces que se le diga, Ollanta Humala ya mejor ni digo", dijo Cecilia Chacón. Factor Vizcarra A esto se suma la coyuntura reciente por la posible censura a Vizcarra. El martes 7, la bancada de Fuerza Popular se reunirá con su lideresa para decidir una posición respecto a la interpelación. Se sabe que una facción quiere llegar a la censura y otra prefiere evitarla, si bien ven pocas posibilidades de que Vizcarra siga. Una fórmula sería buscar su renuncia. De este modo, Fuerza Popular evitaría que más ciudadanos lo vean como un grupo obstruccionista. Keiko Fujimori partiría a Europa la próxima semana para estar lejos de esta coyuntura, según varias fuentes. Esto apuntaría a menguar en lo posible los pasivos políticos de una caída de Vizcarra. El vocero de la bancada, Luis Galarreta, sería el mayor partidario de llegar "hasta las últimas consecuencias". Sin embargo, se ha decidió no asumir un rol muy protagónico, sino dejarlo a Acción Popular. Keiko Fujimori sería partidaria de que Vizcarra renuncie. En ese sentido irían las declaraciones de Héctor Becerril y otros, que han resaltado más bien las intervenciones de la bancada oficialista, que no apoyan con fuerza a Vizcarra. Sin embargo, la eventualidad de que el gobierno use el recurso de la cuestión de confianza obligaría a Fuerza Popular a una mayor reflexión. Si una censura genera la caída del gabinete, por el mencionado recurso, el riesgo de un cierre del Congreso se acerca. Como fuere, Keiko Fujimori busca no exponerse. La cuestión es si lo logrará. La estrategia de keiko no es acorralar, por Carlos Pérez Crespo Como consecuencia de las segundas vueltas presidenciales, así como de la elección del “mal menor” en el Perú contemporáneo, contamos hoy con un gobierno débil por su carencia de mayoría parlamentaria. La última vez que aconteció ello fue en el gobierno de Alberto Fujimori del periodo 1990-1992, lo cual terminó con un golpe de Estado. En este caso tenemos una aplastante mayoría fujimorista, similar a la de 1995, que ha decidido demostrar su fortaleza frente al gobierno: primero contra el entonces ministro Jaime Saavedra y ahora contra Martín Vizcarra. La estrategia de Keiko Fujimori no es la de acorralar al gobierno, sino generar la impresión de que solo el fujimorismo puede darle estabilidad y gobernabilidad al país. Esto se presenta en un contexto de debilidad y poca capacidad política del presidente de la República, Pedro Pablo Kuczynski, y sus ministros, quienes cuentan con una amplia experiencia técnica; pero sucinta capacidad política.