El primer trabajo de kuczynski fue a 4 mil metros de altura

visita a casa-hacienda Lauramarca. A los 21 años, Pedro Pablo Kuczynski se encargó de la contabilidad de este predio en el distrito cusqueño de Ocongate. Fue una estadía de la que habló mucho durante la campaña para defenderse de las acusaciones acerca de que no conocía el país. Los habitantes de ese pueblo –que votaron mayoritariamente por él– esperan que haga obras.,Pedro Pablo Kuczynski (PPK) tenía veintiún años cuando llegó a trabajar como contador a la casa-hacienda Lauramarca, en la actual comunidad campesina del mismo nombre en el distrito de Ocongate (Quispicanchi), ubicado a casi cuatro horas de viaje desde el Cusco y cerca de los cuatro mil metros de altura.El hoy presidente electo paseó sus primeros años como profesional en aquella hacienda, asentada en las faldas del nevado Ausangate, que forma parte del Santuario del Señor de Qoyllurrit'i y que era manejada por los hermanos argentinos Ernesto y Jorge Vianchi. Ellos, a su vez, habían heredado el fundo de 64 mil hectáreas de un tío suyo que era cura. La gente anciana que vive en la zona tiene el recuerdo de ese cura como alguien abusivo y explotador. Los hermanos Ernesto y Jorge, si bien se hicieron cargo de aquel predio gigante, felizmente no heredaron los defectos del tío, según cuentan los campesinos.El electo presidente peruano aceptó ser el contador de Lauramarca porque así se lo había pedido su padre Max Kuczynski, un médico alemán de ascendencia judío-polaca, pionero en el tratamiento de enfermedades tropicales en la Amazonía, en donde se desempeñó como director del leprosario de San Pablo. La Revista Peruana de Medicina Experimental y Salud Pública recuerda que Max Kuczynski desarrolló su labor de patólogo y salubrista en las zonas rurales de la Amazonía y de los Andes peruanos. Como miembro del Instituto de Medicina Social de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos realizó estudios sobre el estado de salud de indígenas, campesinos y colonos. Empezó su trabajo en la Amazonía en la Colonia de Perené y, a partir de 1940, dirigió la Supervisión Sanitaria del Nor-Oriente Peruano por encargo del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, en Iquitos. El patriarca Kuczynski, a fin de poder conocer los problemas médicos de las distintas poblaciones y decidir estrategias específicas a favor de ellas, desarrolló diversas estrategias de investigación: analizó condiciones geográficas y el clima, realizó estudios de antropología física, registró la situación socioeconómica de las familias y sus hábitos alimenticios y de higiene.Por el humanista Max Kuczynski, el joven Pedro Pablo llegó a Lauramarca. Su imagen alargada pervive en el recuerdo de quienes lo vieron caminar por allí hace ya más de medio siglo.Sobre sus obligaciones en la hacienda, el próximo presidente ha dicho: "Decir que era mi primer trabajo sería una exageración. Lo que tenía que hacer era contar cuántas llamas, vacas, alpacas había que matar, y cuántos recién nacidos había".El viejo campesino Sixto Flores Yucra (85) trabajó en ese predio durante esos años. Dice que no conoció a Kuczynski, porque era difícil tener cercanía con los trabajadores de confianza de los patrones. Lo que sí recuerda Sixto es haber visto a un hombre joven, flaco y alto que se encargaba de hacer la contabilidad de todo el ganado que poseían los Vianchi. "Quizás haya sido él", dice, intercalando palabras entre el quechua y el español. La estadía de Kuczynski en Ocongate no duró mucho. Algunos aseguran que fueron seis meses, otros un año. Tampoco faltan aquellos que dicen que se quedó un poco más. El tiempo transcurrido hace difícil precisar con exactitud las fechas. En todo caso, debió salir de allí porque, por ese entonces, en el Cusco se vivían tiempos de convulsión social. El levantamiento campesino liderado por Hugo Blanco en la selva de Chaupimayo contra la hacienda Santa Rosa, de la familia Romainville, había empezado a prender como fuego sobre pólvora en la mayoría de lugares de la región imperial.Fue entonces que hubo una revuelta de los campesinos de Lauramarca contra los hacendados. Un día el capataz fue colgado del árbol de molle que estaba frente al cuarto que ocupaba Kuczynski. Ese árbol de molle y otros dos existieron hasta finales de 1969. El comunero Esteban Chillihuani Quispe recuerda que su padre, Lucio Chillihuani Condor, quien trabajó en la hacienda, le contó que unas semanas después del asesinato del capataz huyeron los hermanos Vianchi. "Me dijo que agarraron sus caballos y se perdieron por los cerros", narra, mientras señala con su índice derecho hacia las desnudas montañas de Ocongate.Mientras que Kuczynski, a bordo de su camioneta, tardó cinco días para llegar a Lima. En esos años las vías no estaban asfaltadas. Por eso, para salir de Lauramarca debió ir primero a Urcos, luego a Cusco, Abancay, Andahuaylas, Huanta, Huancayo para finalmente aparcar en la capital peruana, desde donde salió a Estados Unidos becado en la universidad de Princeton.Más adelante, en 1966, Kuczynski regresó al Perú para apoyar a Fernando Belaunde Terry en el Banco Central de Reserva (BCR), pero luego debió buscar refugio ante la denuncia del régimen militar contra el gobierno por el caso de la famosa "página once". "Cuando empezó el gobierno militar tuve que salir del país porque estaba con orden de captura", relató Kuczynski en una entrevista concedida al programa 'Punto Final'.Luego, entre 1977 y 1980, trabajó en el sector minero en África Occidental e incursionó en el sector industrial. Regresó al Perú y fue nombrado ministro de Energía y Minas en el segundo gobierno de Fernando Belaunde. En los noventas, vivió en los Estados Unidos dedicado a sus actividades privadas. Un extenso artículo publicado en el New York Times, en mayo de 1995, lo ubica en Miami como un hombre de negocios, cuya prosperidad se refleja en su Porsche nuevo color rojo. Caído el régimen de Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos, volvió llamado por Alejandro Toledo, quien lo nombró primero ministro de Economía y luego presidente del Consejo de Ministros. En el 2011 postuló a la presidencia y, aunque no pasó a la segunda vuelta, su figura política adquirió una inesperada dimensión nacional. En las elecciones recientes decidió tentar de nuevo, esta vez a bordo de su partido propio. Lo que fue la hacienda Lauramarca se partió en dos tras la reforma agraria ejecutada por la dictadura militar de Juan Velasco Alvarado. De esa fragmentación nacieron los centros poblados de Lauramarca y Tilke. Lauramarca se quedó con parte de las edificaciones de la hacienda, pero en el año 1968 los comuneros destruyeron todas las construcciones. "Los hijos de los empleados de los hacendados lo destruimos porque nuestros padres nos contaron que habían sufrido mucho en esa hacienda", cuenta Esteban Chillihuani. Ahora solo quedan algunos muros en ruinas en esa zona que visitó La República.En Tilke, en cambio, todavía está en pie la capilla que mandaron a construir los Vianchi, así como algunas construcciones que ocupaban familiares y trabajadores de los hacendados. Allí funciona hoy una organización no gubernamental.Cuando Kuczynski llegó a trabajar a la hacienda, Ocongate tenía rostro de pobreza. Tras cincuenta y siete años de aquel episodio fundacional en la vida del presidente electo, en ese pueblo todavía golpea la necesidad.La gente de la ciudad (capital de Ocongate) solo tiene una hora diaria de agua potable. En las comunidades campesinas siguen consumiendo agua entubada o de las acequias y riachuelos. "Al menos esa agua viene del (nevado) Ausangate y es limpio", dice Miguel Turpo Condori.Tampoco todas las carreteras están asfaltadas y no hay sistemas de irrigación que ayuden a mejorar la producción agrícola y los pastizales para los ganados. Casi el 90% de la población de Ocongate vive del agro y la ganadería.Las autoridades locales esperan que el presidente los ayude.❧