Propuesta de PPK bajo la lupa. Aunque hay dudas sobre cómo el próximo gobierno suplirá los menores recursos captados por IGV, los expertos dicen que la medida caerá en saco roto si no hay una reforma tributaria integral. Empresas deben trasladar íntegramente la baja impositiva a los consumidores.,Entre las diez medidas que Peruanos Por el Kambio propondrá al Congreso el primer día del gobierno, existe una en particular que sigue generando preocupación, pues las empresas podrían beneficiarse a costa del ciudadano de a pie. PUEDES VER: Acabó campaña 2016, pero Kenji ha seguido entregando regalos El próximo presidente de la República, Pedro Pablo Kuczynski, así como su futuro ministro de Economía, Alfredo Thorne, plantean desde la campaña proselitista reducir el Impuesto General a las Ventas (IGV) en tres tramos del 18% a 15%, lo cual, estiman, permitiría la deducibilidad de las inversiones productivas. Se prevé que una medida de este corte permitiría, además, ampliar la base tributaria. Sin embargo, los expertos dudan respecto de qué tan cierto podría ser esto, pues como ejemplo debemos recordar que en el presente gobierno el Ejecutivo solicitó al Congreso medidas para legislar en materia tributaria y así logró que se reduzca de manera paulatina el Impuesto a la Renta (IR), que perseguía exactamente el mismo fin de la propuesta de PPK. Si bien esa modificación iba para todo tipo de contribuyentes, en el caso de las empresas que operan en el territorio nacional desde el 2015 se aplica una reducción del IR, la que bajó de 30% a 28% y al 2019 llegará a 26%. En opinión del tributarista Jorge Manini, esta ley tuvo un contrapeso cuando se incrementó la tasa de impuestos a los dividendos (que pasó de 4% a poco más de 6%), lo cual habría hecho que el efecto buscado no se logre. "Desde el punto de vista teórico puro es que esa plata debe haber ingresado a la economía como pago de deudas, o compra de insumos o maquinaria de parte del empresario. El Ejecutivo debería dar cuenta de qué efecto tuvo", anotó. Para el economista Armando Mendoza, la mayor muestra de que esta medida fue ineficaz es que la inversión privada siguió cayendo y no se logró bajar la informalidad laboral. "Si se revisan los datos de formalización en el Perú, este indicador se incrementó –aunque muy levemente– durante los años de fuerte crecimiento económico, lo cual no sucede ahora. Hoy vemos una caída sustancial en la recaudación del Impuesto a la Renta como en los sectores de industrias extractivas. El presidente Ollanta Humala y el ministro Alonso Segura reconocieron públicamente que la rebaja de impuestos fue un fracaso, lo cual es lógico en un contexto de desaceleración económica", dijo. Haz clic en la infografía para extenderla Lo que propone PPK De acuerdo con el plan de gobierno de Peruanos Por el Kambio se fomentará el consumo y la inversión privada a través de un programa de estímulo temporal al consumo e inversión privada mediante simplificaciones y reducciones en las tasas de impuestos. Señalan que estas medidas van a generar un choque de confianza sobre las decisiones de gasto e inversión del sector privado así como crear un entorno favorable para realizar una reforma tributaria integral. Para ello, el cambio legislativo en materia tributaria más importante a proponer, y anunciado durante los 100 primeros días de gobierno, sería la reducción en un punto porcentual por año del IGV hasta llegar al 15% en 2019. Un primer punto a considerar sobre esta propuesta, en opinión de Manini, es que habrá una baja en la recaudación total, lo cual sería un limitante para aumentar sueldos y presupuestos a sectores clave, educación y seguridad ciudadana por ejemplo, como se ofreció en campaña. No obstante, un segundo tema, menciona, sería cómo hacer efectivo que esa reducción del IGV se traslade al consumidor pues existe el riesgo de que las empresas o los intermediarios no apliquen la rebaja y se genere una distorsión. "Las empresas tendrían mayores ingresos y quien siempre no se beneficia es el consumidor final. Eso tiene que verse, pero no se puede poner por ley y obligar ese traslado porque existe una economía de libre mercado. El punto central es que se beneficie al consumidor", aseveró. El experto estimó que el cumplimiento de las obligaciones en seguridad y educación así como que los consumidores finales sientan el efecto de la reducción del IGV en sus bolsillos son temas que harían a PPK pisar tierra y tal vez repensar el tema, "pero vamos a ver cómo la plantean al Congreso. Se tienen que ver cifras y efectos", exhortó Manini. Efecto compensatorio En esa línea, el economista Armando Mendoza indicó que debe aclararse con qué se compensará la pérdida de recursos fiscales, pues a la fecha el IGV es cerca del 50% de todos los tributos que recauda el Estado a través de la Sunat. "Particularmente, en un escenario donde los ingresos han venido produciéndose a raíz de medidas tomadas en 2014 en supuesta reactivación, pero no reactivaron ni incentivaron la inversión", subrayó. Asimismo, sostuvo que un segundo punto, es que no existe evidencia en firme que esa rebaja se va a trasladar a los usuarios y consumidores; y más bien la experiencia en cuanto a rebajas del IGV muestra que existe un margen adicional del que se apropian los intermediarios y los comerciantes. "No queda claro si va a beneficiar a la población en que pague menores precios. Si el objetivo del gobierno es reactivar la economía, no creo que esta medida sea beneficiosa y efectiva", advirtió. Si bien es un discurso agradable para la audiencia anunciar bajas de impuestos, en la práctica no sucede y una prueba más es que cuando se bajó el IGV de 19% a 18% no se amplió la formalización, dijo. "Pensar que los informales harán colas en la Sunat para volverse formales por una baja de impuestos es una fantasía. No pasó cuando el presidente Alan García modificó el IGV ni tampoco cuando se bajó el Impuesto a la Renta de 30% a 28%", detalló Mendoza. Para el economista, encarar este problema y expandir la base tributaria requiere una política integral, acompañada de una mayor capacidad de fiscalización en aquellas zonas oscuras de nuestra economía donde el Estado no se hace presente, es decir, una política no solo tributaria sino laboral y de apoyo que permita que los productores en el sector informal sientan en la realidad del día a día los beneficios y ventajas en formalizarse. Según cálculos de Peruanos Por el Kambio, aplicando esta y otras medidas tributarias, en un escenario optimista, se podría aumentar la recaudación en 2% del PBI en 2019, mientras que en un escenario intermedio, solo sería de 0,6%. Sin embargo, sin reforma, la recaudación caería en 0,9%. "Francamente, al hacer propuestas en materia tributaria se juega a los dados con el equilibrio fiscal y la estabilidad macroeconómica", advirtió Armando Mendoza. Enfoque: Reducción de IGV debe ir a cuenta de AFP Farid Matuk / @matuk Exjefe del INEI En términos de traslados, la experiencia muestra que cuando se subió el IGV en el gobierno de Toledo los precios no subieron, y cuando se baje el IGV los precios tampoco van a bajar. Un segundo tema es ampliar la base tributaria que es el propósito central de la propuesta, pero creo que más efectivo para ampliar la base es que la Sunat tenga acceso al secreto bancario y que el pedido de domicilio se aplique masivamente a quienes tienen dinero y no han pagado tributos. Ampliar base implica que el número absoluto de personas pague y en segundo lugar, que pague completo. Entonces creo que la reducción de los tres puntos va a ser básicamente inmaterial. En términos de recaudación habrá menos pero se afecta por otros factores también. Hace meses de meses que la recaudación cae porque el nivel de actividad económica es lo que se está reduciendo. El paisaje lo da lo macro, eso es lo que va a poder determinar los números grandes. Las medidas que modifican el paisaje debieran ser más integrales y no aisladas. Yo pensaría no en una reducción efectiva del IGV en el precio final, sino que esos tres puntos se vayan a una cuenta individual de capitalización de AFP y allí las personas tendrían un ahorro y de paso se evita todo el drama si los empresarios se quedan con el dinero de la reducción de impuestos.