Ódiame por piedad yo te lo pido

El fujimorismo necesita entender por qué perdió.,La susceptibilidad a flor de piel de los fujimoristas por la derrota parece no tener freno, y esto les está haciendo un gran daño que podrían empezar a superar si realizaran un análisis realista del motivo de su segundo fracaso electoral consecutivo y se dieran cuenta de que la responsabilidad es de ellos mismos y no, como andan diciendo, de terceros de los que ahora buscarían vengarse con la fuerza de aplanadora de sus 73 congresistas. La susceptibilidad se volvió a manifestar anteayer con el exabrupto del reelegido congresista Carlos Tubino en el que criticó a los parlamentarios de izquierda por su forma de vestir. “Hoy aparecieron integrantes de la izquierda acomplejada a la última sesión del Congreso, como Verónika Mendoza, sucios y mal vestidos. ¿Por qué tenemos que tener una izquierda inmadura que cree que hay que vestir como Hugo Blanco en los 70 para ser verdaderamente de izquierda?”, señaló el almirante Tubino. Su comentario es tan absurdo como si alguien le respondiera la barbaridad de que el uniforme de la Marina que él usó es inapropiado por parecer de heladero de D’Onofrio. Pero es obvio que el problema no es de códigos de vestimenta sino una manera de descargar su ira contra la izquierda que votó por Pedro Pablo Kuczynski y fue clave en su triunfo. El problema del fujimorismo es que sigue creyendo que su derrota fue por el conjuro de políticos y periodistas, entre otros, para que Keiko Fujimori no sea proclamada presidenta electa este martes en vez de PPK. La verdad es otra. El fujimorismo perdió en la última semana, por poquito, porque generó dudas en el votante entonces indeciso al que le preocupó que el secretario general de Fuerza Popular –agrupación en cuyo pasado abunda el prontuario– haya sido alguien como Joaquín Ramírez, un sospechoso de lavado de dinero y que, peor aún, quien lo reemplazó, José Chlimper, se haya visto envuelto en una maniobra de estilo montesinista para encubrir a su predecesor mediante la alteración burda de un audio, y cuya explicación es increíble pues supondría creer que él entregó al programa ‘Las cosas como son’ una prueba cuya difusión reforzaría la credibilidad del denunciante de Ramírez. Si en vez de hacer una autocrítica verdadera y honesta, ahora el fujimorismo se va a dedicar a vengarse de todos los supuestos responsables de su desventura, lo único que conseguirá será alejarse aún más de la posibilidad de un día ganar la presidencia. Pero eso requiere que los fujimoristas entiendan por qué perdieron en vez de decir que son víctimas del odio.