¿Qué mantiene a tantas opiniones en el deseo de emitir su voto en blanco, de viciarlo, o de expresar indecisión? Varias posibilidades: desean mantenerse aparte de ambos candidatos, quieren pensar mejor las cosas, no tienen ganas de entregarle su opinión al encuestador, quieren sentar una posición frente a todo el proceso, o están esperando un acto clave que los anime. Unas posturas son más duras que otras. Los viciadores de su voto dan la impresión de ya haber decidido una negación frontal de las dos opciones, y por tanto será mucho más duro que vuelvan al redil de la competencia. En cambio en los votos en blanco parece haber una cierta procrastinación, una desidia que deja para más adelante la tarea de optar. Hay además raíces ideológicas. Está sobre todo la idea de que Keiko Fujimori y Pedro Pablo Kuczynski son esencialmente lo mismo. También existe un cierto descontento con el sistema democrático electoral, y tener que decidir les resulta antipático. En menor grado un cierto rencor por la derrota o anulación de su candidato en la primera vuelta. Las pasadas elecciones muestran que este clima de resistencia se termina disipando en parte hacia el final del proceso. Fernando Tuesta nos recuerda que cifras como el actual 18% de blanco, nulos, indecisos, se suele reducir a entre 8% y 10%. Lo cual para uno de los candidatos puede significar una ganancia que no figuraba en las encuestas tempranas. Por lo pronto en el sur andino, donde PPK lleva una clara ventaja de ocho puntos, es también la zona donde hay más blancos, viciados e indecisos. Son casi 30% en algunas versiones, reflejo de una suma de posturas como el radicalismo, la indignación, el anticentralismo duro o la antipolítica. La teoría es que para PPK sería más posible llegar a ellos que para Fujimori. Pero la llegada a ese 30%, y al 18% nacional, no será posible sin una mayor apertura de PPK a las dirigencias de la izquierda. Esos son los sectores a los que el fujimorismo históricamente no puede acceder, y con los cuales un centro derecha liberal puede llegar, y ha llegado en diversos momentos, a acuerdos. Pero se necesita propuestas.