La bruja presidencial

Alguna vez me leyó las cartas la bruja de Nadine y Humala. Por lo menos, eso me aseguró el conocido que me contactó con ella. Según me contó, era una amiga de la familia a quien la ex pareja presidencial traía del Cusco para pedirle luces y consejo, sobre todo, en tiempos de crisis.La historia parecía cuadrar, porque ese fin de semana Panorama había revelado que cuatro agendas de Nadine estaban en poder del excongresista nacionalista Álvaro Gutiérrez. No creo en el horóscopo, aunque me divierte leerlos cada mañana; es un placer culposo. Pero la pura curiosidad en ese contexto me llevó a estar sentada frente a esa mujer y su mazo de cartas.¿Realmente recurría a ella la pareja presidencial? La idea no me parecía descabellada: cuando respondes por 39 millones de personas y todo el erario nacional, debe ser hasta normal buscar una ayuda divina o supernatural.Pronto algo comenzó a oler mal, y no eran las velitas aromáticas en la habitación. Era lo que me decía: mi presente no cuadraba cuando entraba en detalle; y mi futuro lo decía más lento, confirmando en mi rostro si era lo que quería escuchar. La verdad es que salí preocupada por la pareja presidencial. Si esa mujer realmente les leía las cartas, ya entendía por qué la cosa iba tan mal: popularidad en picada, rumores de corrupción in crescendo, economía estancada.Eso fue hace ya más de un año. Y si la supuesta bruja hubiese tenido razón yo estaría estudiando becada una maestría en otro país y habría conocido al amor de mi vida. Y la razón por la que lo cuento hoy es por que temo que alguien se la presentó a PPK. ¿Con qué otra clase de asesoría logras desplomar en cinco meses tu popularidad?❧