Pese a que anunció que este sería su año sabático, Galliani tiene la agenda repleta. Conduce un programa de TV, graba varias películas, dirige obras teatrales, lidera una escuela artística, promueve una campaña de lectura. Y a fin de año rodará su primer filme.,Sergio Galliani: el hombre que no se detiene,Sergio Galliani: el hombre que no se detiene,Sergio Galliani: el hombre que no se detiene,Hace diez años, Sergio Galliani batió un Récord Guinness al realizar el videochat más largo de la historia. Por 47 horas y diez minutos estuvo frente a las cámaras del canal online Terra TV. En todo ese tiempo, tenía que cambiar de entrevistado cada hora y de público cada cuatro. Es más, no podía dejar de hablar por más de quince minutos. Galliani, aquella vez, solo se levantaba de su lugar para asearse o ir al baño. Un doctor se acercaba a medirle sus signos vitales cada ocho horas. De vez en cuando, un dietista le daba vegetales o claras de huevo para mantenerlo con energía. El actor quería romper una marca (antes batida por un turco), experimentar algo nuevo, y recaudar fondos para la Navidad de los adolescentes del Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN). PUEDES VER: Airam Galliani, la hija de Sergio Galliani, resalta en Instagram por su belleza natural [FOTOS] El reto había comenzado un martes 11 de diciembre en una oficina del portal web. Sin embargo, dos días después, la glucosa del protagonista estaba por los suelos, al igual que su semblante. Sergio se había descompensado. Los médicos pedían suspender la transmisión. La marca ya había sido superada. A él, esa mañana de jueves, lo tuvieron que sacar durmiendo del lugar. Dos años antes, no hubiera podido con esa peculiar misión. "Con la enfermedad encima no podía. Pero ya estaba curado y dormía con tranquilidad", dice. Desde los 16 años, cuando era estudiante del Colegio Militar Leoncio Prado y tras la temprana muerte de su padre, Sergio comenzó a sufrir de insomnio. La falta de sueño lo llevó a crear radioinsomnio.com y a conducir TV insomnio. Los nombres no eran un capricho: sus transmisiones se desarrollaban cuando la mayoría de personas dormía. La vigilia permanente de Galliani duró doce años. En 1985, cuando estudiaba en el Teatro de la Universidad Católica (TUC), en el Club de Teatro de Lima, y trabajaba en su empresa de panificación, no pegó un ojo durante cuatro días y tres noches. Hubo muchas tazas de café y más horas de insomnio. La consecuencia: una crisis de Surmenage (síndrome de fatiga crónica) en plena función teatral. "Era como si metieras los dedos en el enchufe y pfff tienes una descarga eléctrica", cuenta. Luego siguió en automático. Lo poco que recuerda es que terminó en el Centro de Lima a punto de tomar un bus para Chimbote. Sus padres aparecieron y lo llevaron a casa. A mil por hora A los 50 años, el comunicador, administrador, actor y conductor Sergio Galliani tiene los días más ocupados, las noches sin insomnio, y un pequeño de seis años. A las siete de la mañana lo lleva a clases. Luego juega tenis, ensaya una obra teatral, ensaya otra (Pareja Abierta o El enfermo imaginario), acude a su escuela de actuación y teatro Ensamble, graba su programa Buscadores de Libros, estudia sus libretos, mira películas, series de televisión y hasta prepara un nuevo disco con su banda Los Chabelos. También se da un tiempo para rodar Django 2, el filme al que vuelve después de quince años, donde da vida al comandante Manuel Maco. Hace poco pasaba lo mismo con la película Gemelos sin Cura, que se estrenará el 27 de julio, en la que interpreta al "Loco Fredy", un malicioso prestamista que se dedica a perseguir a uno de los personajes centrales para saldar una deuda. Dos días a la semana los dedica a la grabación de ¡Qué tal sorpresa!, el nuevo programa sabatino de Latina que —según Galliani— busca cumplir los sueños y mejorar la vida de las personas que lo merecen. A Sergio le entusiasma la idea de sorprender a extraños, pero si él fuera uno de ellos, no lo lograría. Por lo menos, eso da a entender. "Es que yo no espero nada (...) Mira, ni siquiera he sido de pedir favores", dice. Este iba a ser el año sabático de Galliani. Su esposa, la actriz Connie Chaparro, y su productora se burlan de él cada vez que recuerdan su anuncio. El actor se justifica. Si bien quería desligarse de su personaje en Al Fondo Hay Sitio, no aparecer en pantallas, y cumplir con un viaje al Tíbet, los planes fueron otros. Su viaje se postergó debido a las condiciones climáticas, y reapareció en la televisión luego de que le ofrecieran la conducción del programa sabatino. Para Galliani —un ateo devoto de las 'señales'— lo que ocurría tenía que ver con eso. Ahora vuelve al puesto donde comenzó: la conducción. La primera vez que apareció en la televisión fue en el programa Aplausos (1991) con Horacio Paredes. Pero saltó a la fama con Locademia de TV (1993). "Ahí me di cuenta de que mi personalidad sí gustaba para conducir. El conductor que actúa la cag... Tú tienes que ser tú. Tienes que darte cuenta si le gustas a la gente. Si no le gustas, dedícate a actuar". Tiempo para todo —Tengo 30 años y pico haciendo esto, y mira cómo estoy. ¿Tú crees que tengo 50 años? Galliani se levanta del sofá, alza sus brazos, y finge que exhibe su figura. No deja de reírse. —Claro que tengo tiempo para todo. Mira cómo estoy. El actor que divide su vida en más de cinco ocupaciones diarias, y una decena por semana, dice que no trabaja, sino se divierte. Y en esta rutina, que llama diversión, delega actividades. Tiene a más de veinte personas detrás. Una le lleva la agenda, otra le coordina las entrevistas, y otras manejan sus redes sociales. Su tiempo libre —porque parece tenerlo— lo destina a la lectura. Galliani escribe poesía que no corrige, ni publica. Hace unos años, obtuvo la mención honrosa en un concurso. Eso se convirtió en el contacto más cercano de su escritura con el exterior. "Yo no publicaría libros. Ni siquiera registro mi música. Yo la tiro". Sin embargo, desde octubre pasado, comenzó una campaña para que los libros sí lleguen al público. "Buscadores de Libros" es una comunidad de Facebook, con más de cuatro mil seguidores, que promueve la búsqueda de textos en los parques del Perú, México, Estados Unidos, Chile, Colombia y Brasil. El dueño del libro lo oculta y da pistas sobre su paradero para que sea hallado por otro participante. El juego ya cuenta con una aplicación para smartphones. El tiempo de Galliani también sirve para preparar su primera película. La filmación de Sueños de azar comenzará a fin de año. La historia —de drama y comedia— hace referencia al contexto social y político del 2000: la caída de Fujimori y la aparición de los vladivideos. En ese ambiente, mientras todo andaba mal, el pozo de la lotería comienza a elevarse y los protagonistas de la historia abrazan su suerte, y compran muchos boletos. El director asegura que tiene un superelenco, que la película ha sido "hiperversionada" y "superpensada". "Ya he escrito otros guiones, que serán el inicio de mi etapa como escritor y director. Comenzaré a hacer mis películas", dice. Decisiones Un pampón de arena en Pamplona Alta, en San Juan de Miraflores. Ese es el lugar donde Galliani vio por primera vez un poco de teatro. Su papá, un estudiante de Humanidades de la Universidad Federico Villarreal, interpretaba a un inmigrante que llegaba a Lima. Los asistentes a la función de teatro social estaban sentados sobre ladrillos en medio de la arena. Sergio tenía cinco años. Su padre quería llevar un mensaje político a través del arte. Galliani dice que también tiene una conciencia política muy marcada. Pero que nunca incursionaría en ese mundo. Se sorprende con el programa conducido por el Presidente de la República. Se queja de los altos índices de inseguridad en el país. Comenta que, hace un par de años, pensó en abandonar el Perú con su esposa y su hijo para estar a salvo. Galliani tiene tiempo para decir que no todo está bien. También lo tiene para conversar un largo rato con un periodista, en una oficina de Miraflores, cerca a un reloj que no marca la hora.