El extraño caso de Gregorio de la Vega

El primer personaje gay de la historia de DC Cómics también es peruano. Debutó en el 88 y desapareció en los 90. Una nueva versión de este aventurero ha aparecido recientemente, y es más provocadora que la anterior.,El extraño caso de Gregorio de la Vega,El extraño caso de Gregorio de la Vega,“El personaje más vergonzoso de DC Cómics puede transformarse en su nuevo Dr. Strange”. Es el 11 de diciembre de 2016 y aquel era el titular con el que Comic Book Resources (CBR), un portal informativo sobre el cómic estadounidense, con casi dos millones de seguidores en su cuenta de Facebook, opinaba sobre la reaparición de un personaje olvidado en el Universo DC, ese enorme mundo de ficción en el que conviven Superman, Batman y Wonder Woman. El encabezado resumía lo que pensaba el bloguero Kevin Melrose. De pronto, un personaje de DC, uno muy malo, se ponía a la altura de un personaje icónico de su eterno competidor: Marvel Cómics. De pronto, un personaje anónimo podía alcanzar en popularidad al Dr. Strange, el mago más poderoso del universo Marvel, encarnado en el cine, con bastante éxito, por el ganador del Emmy, Benedict Cumberbatch. PUEDES VER: Batman protagoniza segundo teaser previo al tráiler oficial de "Justice League" [VIDEO] El mérito, claro, no era del personaje sino del guionista y el dibujante que lo habían traído de vuelta; el estadounidense Steve Orlando y el español Fernando Blanco. Para Melrose, ambos “habían tomado un personaje que nadie quería ver y lo habían transformado en uno del que todos querían saber un poco más”. Este aventurero se llama Extraño (sí, en español), fue el primer personaje gay de DC Cómics, es peruano (trujillano para más certezas), y por mucho tiempo encarnó los viejos estereotipos achacados a la comunidad homosexual en los 80. Defectos de fábrica El Perú no es ajeno a los cómics de superhéroes ni a sus creativos. Alguna vez Superman trasladó su Fortaleza de la Soledad a Pucallpa (en serio, y parecía una pirámide maya). Hubo una Wonder Woman alternativa que no recibía sus poderes de los dioses griegos sino de divinidades incas. Y en 2012, el dios Ai Apaec, el decapitador mochica, vistió el traje negro de Spiderman (y no es broma). Tres personajes clásicos en medio de historias vinculadas al Perú. Era cuestión de tiempo para que algún escritor pensara en un personaje nacido en este suelo. Eso ocurrió en 1988, cuando Steve Englehart creó a Gregorio de la Vega, el alter ego de Extraño. El problema es que Englehart nunca tuvo claro cómo somos los peruanos. En Millennium, el cómic en el que debutó Extraño, el deporte más popular de nuestro país era el béisbol. Y Extraño tampoco tenía una historia fácil. En realidad era una suma exagerada de la visión de Englehart sobre los homosexuales. Detrás de sus bigotes a lo Dalí, el pañuelo de seda amarrado al cuello y los pantalones ceñidos, Gregorio de la Vega no podía usar su propio nombre y se llamaba a sí mismo auntie (la tía). Sus diálogos podían empezar con la siguiente línea: “Confía en tu tía, cariño”, y casi siempre eran intercambios con personajes femeninos. Tenía grandes poderes mágicos pero prefería actuar como un consejero de parejas. No duró mucho. Su última aparición histórica fue en 1993. Luego se perdió en el limbo de los personajes desechados. Los provocadores En la historia de los personajes LGTBQ del cómic de superhéroes hay un antes y un después de Midnighter y Apollo. Claro que hubo precursores, en Marvel y en DC, pero ninguno llegó tan lejos como esta pareja. Midnighter era una copia de Batman, un guerrero vestido de negro, invencible, experto en todo tipo de artes marciales. Apollo era un dios, inspirado en Superman, podía volar y lanzaba rayos por los ojos. Ambos eran gays. Y en 2002 terminaron por casarse. El año pasado, DC Cómics decidió lanzar un nuevo cómic de los dos amantes. En la primera trama argumental de la serie de Midnighter y Apollo, el segundo es herido de muerte y va a parar al infierno. Midnighter decide rescatarlo, pero antes viaja a Lima, a pedir consejería mágica, de Extraño. Pero no el Extraño de Englehart, sino de alguien más complejo. En su versión 2016, el personaje prefería que lo llamen por su nombre. El apodo de Extraño había quedado en el olvido y su traje estrafalario de colores también. Su look era más sobrio, vivía en una casona a la que llama El Sagrario, con su esposo Hugh Dawkins, el superhéroe conocido como Tasmanian Devil, y había adoptado una niña alada. "Ahora es un hombre de unos cuarenta y tantos, tremendamente atractivo y elegante (...) Es una manera de honrar el legado de los personajes LGTBQ de DC", explica el dibujante Fernando Blanco, a Domingo, por correo electrónico. La última aparición de Gregorio de la Vega, en su universo de papel, es de febrero de este año. Su magia no se apaga. Está encendida de nuevo. (E.C)