En 1998, un huaico de grandes proporciones se llevó casas y vidas del anexo Beringa en Aplao (Arequipa). Dos de las víctimas eran sus familiares: su cuñado Rigoberto y su esposo Efraín. ,El huaico del último viernes, que arrasó con parte del distrito de Aplao en Arequipa, hizo retroceder en el tiempo a Rocío Sánchez. Recordó que, en 1998, otro huaico de grandes proporciones se llevó casas y vidas del anexo Beringa, en Aplao. Dos de las víctimas eran sus familiares: su cuñado Rigoberto y su esposo Efraín. Al primero, lo encontraron a 5 kilómetros de su vivienda y, a su esposo, cinco días después. Como en 1998, Rocío, que tiene tres hijos, ahora también se quedó sin nada. Hoy la mujer ayuda a preparar los alimentos en el colegio Libertador Ramón Castilla. En este recinto, 53 familias, que lo perdieron todo, son albergadas. Los salones fueron acondicionados como recámaras. PUEDES VER: Arequipa: instalan módulos de vivienda para damnificados por huaico en Aplao El gerente municipal de Aplao, Juan Carlos La Torre, indica que al inicio los afectados superaban los 400. Todos estaban refugiados en tres locales (el hostal municipal, el complejo deportivo y el colegio). Ahora solo ocupan la escuela. La mayoría retornó a sus casas porque el daño no era tan grave, explica el funcionario. El refugio está desocupado durante la mañana porque todos van a laborar. Rocío prepara los desayunos desde las 4 de la madrugada. “Nunca cociné para tantos”, dice con gusto. Al día se reparten 600 porciones de comida. El municipio entrega los alimentos para las ollas comunes. También se crearon dos nuevos comedores. Una de las beneficiadas es la familia de Paola Tacuti. Llegaba a su casa de trabajar y el huaico la sorprendió. Al igual que sus hijos, se quedó solo con lo que vestía. No sabe si quedarse o regresar a Cusco. “Igual tengo que empezar de cero”, dice.