Con frecuencia, las personas se enfrentan a deudas que, por diversas razones, no logran saldar en el tiempo previsto. Estas situaciones generan incertidumbre sobre el futuro de su historial crediticio y las posibles acciones legales que puedan derivarse de la falta de pago. La prescripción de deudas es un tema crucial para quienes buscan entender cuánto tiempo deben esperar para que sus obligaciones financieras sean consideradas extintas por ley.
El Código Civil peruano establece normativas claras respecto a la prescripción de deudas. Sin embargo, es común que existan dudas y confusiones sobre cómo se aplican estas leyes en la práctica. Es importante conocer qué indica la legislación y cómo afecta a las deudas bancarias en particular, para poder tomar decisiones informadas y manejar de manera efectiva las finanzas personales.
El Código Civil del Perú, en su artículo 2001, estipula que las acciones personales prescriben a los 10 años. Esto incluye las deudas bancarias, lo que significa que si un banco no ha iniciado acciones legales para cobrar una deuda dentro de este periodo, el deudor puede alegar la prescripción. Es importante notar que la prescripción no ocurre de manera automática; el deudor debe invocarla como defensa en un proceso judicial. Este artículo establece un marco temporal claro para la prescripción de deudas, brindando a los deudores una oportunidad de liberarse de sus obligaciones financieras si el acreedor no actúa dentro del plazo establecido.
Una vez transcurridos los 10 años sin que el acreedor haya iniciado acciones legales, el deudor tiene el derecho de alegar la prescripción de la deuda. Si el tribunal acepta esta defensa, el deudor ya no estará obligado a pagar la deuda. Sin embargo, esto no significa que la información sobre la morosidad desaparezca automáticamente de los registros crediticios.
Las centrales de riesgo, como Infocorp, manejan su propia política respecto a la permanencia de la información negativa en sus bases de datos. Aunque la deuda esté prescrita legalmente, la información sobre la morosidad puede permanecer registrada y afectar el historial crediticio del deudor por un tiempo adicional, dependiendo de las políticas de la entidad.
Es fundamental tener en cuenta que ciertas acciones pueden interrumpir el proceso de prescripción. Por ejemplo, si el acreedor realiza gestiones de cobro, como enviar cartas de demanda o iniciar un proceso judicial, el plazo de prescripción se reinicia. Esto implica que cada vez que el acreedor intenta cobrar la deuda de manera formal, el reloj de los 10 años comienza de nuevo.
Asimismo, el reconocimiento de la deuda por parte del deudor también puede interrumpir la prescripción. Si el deudor realiza un pago parcial o firma un acuerdo de pago, se considera que ha reconocido la deuda, lo cual reinicia el plazo de prescripción.
Para evitar que una deuda prescrita siga afectando el historial crediticio, es recomendable que los deudores se mantengan informados sobre sus derechos y actúen proactivamente. Una vez que la deuda esté prescrita, se puede solicitar formalmente a las centrales de riesgo la eliminación de la información negativa. Además, es aconsejable llevar un registro detallado de todas las comunicaciones y acciones relacionadas con la deuda.
El Código Civil peruano es el cuerpo normativo que regula las relaciones civiles entre las personas en el Perú. Entró en vigor el 24 de julio de 1984 y abarca una amplia gama de aspectos legales, incluyendo los derechos y deberes de las personas, las obligaciones contractuales y extracontractuales, la propiedad y otros derechos reales, las relaciones familiares y las sucesiones. Este código es fundamental para la estructura legal del país, proporcionando un marco claro y organizado que facilita la resolución de conflictos y asegura el cumplimiento de los derechos y obligaciones civiles.