—¿Coincide con que existe una pérdida del manejo técnico de la economía?
—Es una discusión estéril y banal. Hay que abandonar esas visiones antagónicas; asimismo, superar la dominancia fiscal que existió hasta inicios de los noventas y la dominancia monetaria que le siguió después. El BCRP debe preocuparse no solo por la inflación sino también por el empleo como la FED estadounidense. BCRP y MEF deben coordinar, trabajar juntos, respetando sus autonomías, en pro de contener la inflación, PBI y la generación de empleo decente.
—¿Es este el Congreso más empoderado?
—Es indudable que la política con “p minúscula” daña la economía, pero más allá de eso hay problemas serios en nuestro actual modelo económico. Para mí me queda claro que no podemos repetir lo mismo de siempre de las últimas décadas, ir por el camino de las propuestas suicidas de sectores ultra, ni al populacherismo rampante de algunos.
—Según las calificadoras y el FMI y BM, la inestabilidad política limitan la recuperación.
—Desafortunadamente, tenemos que convivir con las calificadoras de riesgos, pero su desempeño en la crisis financiera internacional fue lamentable. Me pregunto si saben de macro, microeconomía y de políticas intermedias. Efectivamente, estamos en una crisis política, ahora policrisis, que detonó con los arrebatos fujimoristas, pero ¿cuándo no hemos estado en crisis? Necesitamos también verdaderos empresarios nacionales, como algunos que tuvimos muchas décadas atrás, no financistas o rentistas con mirada de corto plazo.
—¿Financistas y rentistas a corto plazo?
—Empresarios que crean y venden empresas rápidamente, que reducen el excedente del consumidor generando ganancias extranormales.
—¿Se goza de la fortaleza para atraer inversiones?
—La inversión privada es importante, pero no lo es todo. En 2023 fue de 17,9% del PBI equivalente al promedio entre 1950-2023. Este monto fue superior a lo observado en los 90 y entre 2000 y 2007. Más que un problema de magnitud, lo que se promueve genera pocos encadenamientos productivos de producción y empleo; es una inversión intensiva en capital.
—El empleo sigue precario...
—De acuerdo con la encuesta permanente del empleo a nivel nacional entre el primer trimestre de 2024 respecto del primer de 2023 hay 168.000 inactivos y 174.000 desempleados adicionales. Asimismo, el empleo formal de la planilla electrónica cayó 0,4% en el mismo periodo. Hay proyecciones de un crecimiento anual de informales e independientes de 400.000 anualmente. Ni qué decir del crecimiento de la pobreza y la elevada desigualdad.
—Y el mal resultado del PBI...
—Se debe abandonar esa posición maniquea de que solo hay un modelo para crecer y desarrollarnos. Hay alternativas.
—¿Cuál sería la estrategia?
—No hay que inventar la pólvora. Desde 2020 la CEPAL de Naciones Unidas ha propuesto la denominada Recuperación Transformadora, que atiende las urgencias del presente y el trabajo simultáneo frente a los retos externos e internos del mediano y largo plazo. Debemos abandonar esa visión cortoplacista.
—¿Estas son?
—Sin mencionar aquí los problemas de las economías delictivas e ilegales, la informalidad y lo político institucional, hay seis palabras clave: diversificación y encadenamientos productivos; transición ecológica; reducir la elevada desigualdad; reforma tributaria con elevación de la presión en cinco puntos porcentuales del PBI; empleo decente y empresas realmente socialmente responsables que creen valor compartido.
—¿Qué traería la reforma tributaria?
—Tenemos una presión tributaria del 19,2%, pero todos nuestros vecinos nos ganan con un promedio de 24,3%, lo que significa 5,1 puntos porcentuales menos o US$11.700 millones que dejamos de recaudar y US$6.500 millones quitando a Brasil. Hay espacio tributario por el lado de las actividades extractivas, impuestos a las herencias o al patrimonio, impuestos selectivos al consumo, impuestos ambientales y ajuste en la tasa marginal del impuesto a la renta de acuerdo a los parámetros de Estados Unidos y otros países; sin hablar de las acciones recaudatorias. Sobre sus beneficios necesitamos mejorar tanto el nivel de la recaudación como la calidad del gasto público.
—Un tercio de los peruanos es pobre. ¿A dónde virar?
—Eso exige una activa política fiscal y ajustes al modelo económico. Son básicas las políticas universales en alimentación, salud, educación y vivienda digna y por otra parte las políticas contra la pobreza que deben estar a cargo de un organismo público descentralizado que integré todos los programas de apoyo social multisectoriales. Sugiero una estructura trans quinquenal con una junta de gobierno plural que incorpore a los distintos niveles de gobierno y a la Sociedad Civil.
—Se busca fusionar los reguladores. ¿Es idóneo?
—Los organismos reguladores son importantísimos, pero no hay que sacralizarlos. Yo he colaborado con uno de ellos. Solo como ejemplo, tenemos que las tarifas eléctricas domésticas residenciales en Lima son entre 25 y 30% más caras que el promedio en los Estados Unidos, cuando aquí tienen el gas natural subsidiado. No vería mal su fusión respetando estrictamente sus especialidades técnicas, autonomía, y con un énfasis a favor de los usuarios como en EEUU y no velando por igual con las empresas prestadores y el Estado. Hay mucho por mejorar en el ámbito técnico.